viernes, 13 de abril de 2012

little pills

Ayer mi psicóloga me ofreció, casi como en chiste, mandarme a un psiquiatra para que me recete "unas pastillitas". Y lo mejor de todo es que el comentario salió al principio de la sesión, cuando todavía no le había mostrado lo que escribí en mi último post acá en el blog. Se pueden imaginar como la cara de chiste se le borró después de leerlo. Yo me seguí riendo un rato más porque soy conciente de lo tragicómica que puedo ser y porque no estoy segura hasta que punto estoy realmente mal. Bueno, según mi doc y su comentario de las pastillitas, estoy definitivamente mal. Y esto, reitero, me lo dijo a modo de respuesta por lo primerísimo que le dije: que estoy mandando todo a la mierda porque no quiero saber más nada de nada.
Después... la cosa se puso fulera. Fue una de esas sesiones en las que entrás caminando y salís arrastrándote. Me di cuenta de que se preocupó en serio por mi, lo cual me dió culpa y le expliqué que no planeo hacerme nada a mi misma, pero me dijo que lo que más le preocupa son los problemas corporales que tengo y que "digo" que no me importan.
Me resulta extraño intentar explicar como me siento. Ya estuve hundida en lo más profundo una vez y sé lo que se siente. Sé lo difícil que resulta respirar, sé lo pesada que es el agua cuando intentás nadar hacia la superficie y cuán atractiva es la idea de bajar los brazos y rendirse. Y también sé que eso último es lo que me daba más miedo en aquella época y por eso busqué ayuda. En ese entonces tenía problemas de verdad o, al menos, tenía UN problema grave de verdad y todo lo demás era la misma mierda que tengo ahora en la cabeza. Pero digo, tenía una excusa realmente importante para estar mal.
Ahora no sólo no me siento así, tan en el fondo (aunque aparentemente lo estoy), sino que ni siquiera tengo el asomo de una excusa para estarlo. Y, de cualquier manera, tampoco tengo ganas de plantearme la posibilidad de nadar, estoy casi completamente convencida de que tengo que bajar los brazos... peor que eso: es suficiente con no levantarlos. No quiero ni intentarlo.

Digo "no quiero ni intentarlo" y eso no me asusta. Supongo que debería. Juro que no tengo inclinaciones suicidas, jajaja, pero la verdad es que hay una parte de mi que no termina de entender lo que implican mis propias palabras. O sea, desde la lógica lo entiendo y también comprendo como debería sentirme, pero todo lo que logro procesar es el hecho de que quiero un final. Quiero que todo se termine, no me importa cómo, no me interesa saber qué hay después, no pienso en el futuro ni en el pasado, solo pienso en que el presente no me gusta, me hace mal y no quiero que exista más. No quiero resetear la máquina, quiero apagarla. Y me tiene sin cuidado si el cable queda enchufado o no. O sea, si quedara enchufado existiría una posibilidad de volver a encenderla y arrancar de cero y eso no necesariamente me molesta, solo que no tengo ni la más pálida idea de como haría yo para volver a prenderla o si es que alguien más lo haría por mi (cosa que se que no es posible en estos casos). Entonces, si en lugar de resetear, logro lo que pretendo y la apago... ¿cómo hago para prenderla de nuevo? Se entiende que yo estoy adentro de la máquina o soy la máquina o algo así, por lo que si en lugar de resetear o poner en stand by, me apago completamente, out, finish, caput... entonces no me puedo volver a prender yo sola. Ahora, si además de apagarme, el enchufe no quedara conectado... y bueno, creo que eso no hace falta explicarlo.

Quizás mi alegoría de la computadora no sea de lo más elocuente, pero el punto base sigue siendo el mismo: no quiero más.

6 comentarios :

  1. Quizás por en el fondo soy una imbécil optimista nunca llegué a tanto! Sí, consideré el tema de ponerle fin a toda la mierda que justamente no me estaba pasando, estaba en stand by completamente, pero había algo en mí que seguía funcionando en lo más profundo. Tal vez el deseo latente de una mínima esperanza que no te deja en paz. Que te aferra a esta vida a pesar de que la detestas.
    Si me pidieras mi opinión, y te la voy a dar de todas formas, te diría que lo dejes fluir, que no hay que darle tantas vueltas al asunto, a veces eso lo único que logra es complicar más las cosas antes que solucionarlas.
    En el estado que te encontras, y que alguna vez estuve, cualquier cosa se encuentra nublado por el estado en que estas, aunque te surja lo más maravilloso del mundo y te "solucione" la vida no lo vas a poder ver o apreciar como es debido porque no estás en condiciones para ello. O al menos eso creo, no soy psicóloga ni nada por el estilo, solo soy de carne y hueso.
    En momentos como esos desee tanto tener a gente que conocí en este hermoso mundo bloggero, hasta me encontraba pensando "que diría fulanita", o tan solo el ferviente deseo de no estar tan sola.
    Repito, es una mierda lo que estas pasando... hay que pasarla y espero que encuentres el modo de reiniciarte... algo que no consideraste ¿no sería momento de ir cambiando el equipo? Cuándo algo no funciona, a veces es momento de pasar a otra cosa y empezar de cero.
    Un beso y abrazo enorme...
    ¡Ánimos Sofi!

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  2. Mi vieja un día me sacó un turno con un psiquiatra...la mandé a la mierda y no fui. No me va el tema píldoras. Pero tengo una amiga que las toma y es re feliz jaja.
    Besos.

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  3. jajajajaja Luciana, si mi vieja me hicera eso yo respondería de la misma manera. Y, aunque a mi tampoco me van las pastillas, debo reconocer que esta no es la primera vez que mi doc hace una mención de este estilo... quizás tenga algo de razón??? La verdad es que yo no creo que mi caso sea para tanto pero, acaso no es el loco quien vive asegurando que no está loco?? :P
    No se, veremos que surge de todo esto y si me vuelve a sugerir esto de manera más seria, quizás tenga que empezar a tomarlo en cuenta.

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  4. Noe... yo tampoco estuve nunca así. Esta vez es un bajón diferente a todos los que tuve antes. No estoy llorando por los rincones y no estoy el día entero quejandome de mi vida. Pero, internamente, era una constante batalla entre el debo y el quiero, el raciocinio y la acción, la necesidad y la realidad.
    Solo se que estoy taaaaaan cansada, agotada, exprimida... no tengo nada más que dar, no tengo nada adentro y ya.

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