Mis aventuras con el calefón en los últimos meses han llegado a un punto de comedia tal que mis escritos en facebook se han convertido en la novela online favorita (¿?)
En el capítulo de hoy terminé por autodenominarme "María la del Baño" y hasta me hicieron un poster promocionando la historia jajajaja. Ahora ya es tarde y me tengo que ir a dormir, pero mañana me voy a poner a recolectar todos los escritos que fui dejando en face para desahogar mis broncas con la situación y los voy a postear acá, a ver si uds se ríen un poco también.
Ojo! Advierto que habrá más de uno escrito con un tono total de derrota y humor de perros, por lo tanto es posible que no causen gracia, pero yo se que uds ya me conocen y se han bancado mis rayes más depres, de esos que realmente aburren, así que creo que estos se los ban a aguantar bien :P
Y estén atentos! porque esta historia aún no ha visto su final y cuando lo haga vendrá su secuela: La Gotera en el Techo de la Cocina del Terror.....
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lunes, 10 de marzo de 2014
jueves, 20 de septiembre de 2012
Cavilaciones
En las últimas dos semanas pensé en adoptar un perrito, en si los hijos son parte de mi futuro (o no), en ser invisible, en drogas legales, en psiquiatras, en aventuras con compañeros de trabajo, en mis padres, en mis hermanos, en mis proyectos, en mi vida....
Demasiadas cavilaciones sin respuestas en muy poco tiempo. O, al menos, sin respuestas positivas. Pero tampoco es que me haya deprimido por ponerme a pensar, por una vez no se trata de mi estado de humor (que por cierto, siempre es medio depre así que ni sentido tiene decir que algo específico me pone mal), esta entrada solo se trata, como dice el título, de un montón de cosas que se me aparecieron por el pensamiento últimamente. Por ejemplo, el problema con tener un perro es que no tengo mucho lugar ni tiempo para cuidarlo y dejarlo solo todo el día en un depto me parece de lo más cruel.
Con lo de los hijos tengo desde hace años una sensación extraña, es como que después de aquel incidente hace más de 6 años no he sido capaz de verme con hijos en el futuro. Cada vez que pienso en eso no logro, por más que quiera, ver una imagen de mi embarazada. Sí he logrado pensar en adoptar, fui capaz de imaginarme adoptanto a una nena de unos 8 o 10 años (a veces era un varoncito, también de esa edad), pero nunca un hijo propio... lo cual tampoco me preocupa, un hijo es un hijo, venga de tu panza o no. Pero parte de mi siente que los hijos en general no forman parte de mi destino, lo cual es cómico ya que hasta hace unos 7 años atrás yo era una súper Susanita que solo soñaba con ser mamá. Hoy es demasiado si soy capaz de soñarme en pareja, aunque al hacerlo no me sienta tampoco la más feliz del planeta. Creo que soy más feliz en la fantasía en la que soy soltera, tengo más de 40 y adopto a una nena o nene ya creciditos... lo cual demuestra mi falta de sentido común ya que adoptar, además de ser muy difícil, para una mujer soltera es peor. Pero bue, los sueños sueños son y en la almohada se quedarán.
Ser invisible... fui a un cumpleaños de un amigo y, aunque me hubiera encantado desaparecer en las sombras de un rincón, mi personalidad extrovertida y mis mecanismos de defensa para que nadie vea más allá de la gruesa capa de grasa bajo mi piel, me lo impidieron. Y después me sentía tan incómoda, como que siendo yo misma ya no soy yo, casi casi me sentí falsa (aunque sin intención de serlo). Me encantaría desaparecer...
Drogas legales, psiquiatras, aventuras, familia, proyectos... Se me vinieron tantos temas a la cabeza sin siquiera buscarlos que estas dos semanas desde mi última sesión de terapia se me hicieron eternas. No es que tenga mucho para reportarle a mi doc más que el hecho de haber estado pensando mucho y sin llegar a ningún lado, pero siento que necesito verla... Salí los dos fines de semana para reunirme con gente y aunque no la pasé mal, me está empezando a dar cierta "fobia social" (es algo real, aunque en mi caso es un poco exagerado... creo) al pensar que este domingo tengo otra de esas reuniones familiares, en octubre tengo 2, quizás 3 más y después se viene mi propio cumpleaños, para el cual hace meses vengo planeando hacer una reunión así, en la terraza de mi edificio, y con unas cuantas personas ya que cumplo 30... :S :S :S me están agarrando escalofríos.
Por otro lado, les dejo algo que escribí en estos días, porque si:
Demasiadas cavilaciones sin respuestas en muy poco tiempo. O, al menos, sin respuestas positivas. Pero tampoco es que me haya deprimido por ponerme a pensar, por una vez no se trata de mi estado de humor (que por cierto, siempre es medio depre así que ni sentido tiene decir que algo específico me pone mal), esta entrada solo se trata, como dice el título, de un montón de cosas que se me aparecieron por el pensamiento últimamente. Por ejemplo, el problema con tener un perro es que no tengo mucho lugar ni tiempo para cuidarlo y dejarlo solo todo el día en un depto me parece de lo más cruel.
Con lo de los hijos tengo desde hace años una sensación extraña, es como que después de aquel incidente hace más de 6 años no he sido capaz de verme con hijos en el futuro. Cada vez que pienso en eso no logro, por más que quiera, ver una imagen de mi embarazada. Sí he logrado pensar en adoptar, fui capaz de imaginarme adoptanto a una nena de unos 8 o 10 años (a veces era un varoncito, también de esa edad), pero nunca un hijo propio... lo cual tampoco me preocupa, un hijo es un hijo, venga de tu panza o no. Pero parte de mi siente que los hijos en general no forman parte de mi destino, lo cual es cómico ya que hasta hace unos 7 años atrás yo era una súper Susanita que solo soñaba con ser mamá. Hoy es demasiado si soy capaz de soñarme en pareja, aunque al hacerlo no me sienta tampoco la más feliz del planeta. Creo que soy más feliz en la fantasía en la que soy soltera, tengo más de 40 y adopto a una nena o nene ya creciditos... lo cual demuestra mi falta de sentido común ya que adoptar, además de ser muy difícil, para una mujer soltera es peor. Pero bue, los sueños sueños son y en la almohada se quedarán.
Ser invisible... fui a un cumpleaños de un amigo y, aunque me hubiera encantado desaparecer en las sombras de un rincón, mi personalidad extrovertida y mis mecanismos de defensa para que nadie vea más allá de la gruesa capa de grasa bajo mi piel, me lo impidieron. Y después me sentía tan incómoda, como que siendo yo misma ya no soy yo, casi casi me sentí falsa (aunque sin intención de serlo). Me encantaría desaparecer...
Drogas legales, psiquiatras, aventuras, familia, proyectos... Se me vinieron tantos temas a la cabeza sin siquiera buscarlos que estas dos semanas desde mi última sesión de terapia se me hicieron eternas. No es que tenga mucho para reportarle a mi doc más que el hecho de haber estado pensando mucho y sin llegar a ningún lado, pero siento que necesito verla... Salí los dos fines de semana para reunirme con gente y aunque no la pasé mal, me está empezando a dar cierta "fobia social" (es algo real, aunque en mi caso es un poco exagerado... creo) al pensar que este domingo tengo otra de esas reuniones familiares, en octubre tengo 2, quizás 3 más y después se viene mi propio cumpleaños, para el cual hace meses vengo planeando hacer una reunión así, en la terraza de mi edificio, y con unas cuantas personas ya que cumplo 30... :S :S :S me están agarrando escalofríos.
Por otro lado, les dejo algo que escribí en estos días, porque si:
Dame tiempo para sanar
Dame aire para amar
Dame silencio para pensar
Dame esperanza para avanzar
Dame razones para soñar
Dame besos para despertar
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miércoles, 25 de agosto de 2010
too much, too many
too many things (not) happening, too many emotions in less then two weeks, too many new things, old things, different things...
too much of you...
too much of me...
too much of something soooooo scary, yet sooooooo good...
too much thinking and no thinking at all...
One too many she in a situation where I always thought I only wanted a he......
too much of you...
too much of me...
too much of something soooooo scary, yet sooooooo good...
too much thinking and no thinking at all...
One too many she in a situation where I always thought I only wanted a he......
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jueves, 4 de febrero de 2010
el regreso de los muertos vivos
Hola gente!! no se que me pasa, pero empecé el 2010 con cero ganas de escribir, así que es por eso que ando desaparecida. Entré hoy al blog porque estoy aburrida y para ver que es lo que me estaba perdiendo últimamente de los blogs vecinos, pero como estoy en el trabajo tampoco es que me puedo poner a comentarles. Prometo que lo haré en otra ocasión.
Por lo pronto, lo prometido es deuda, así que aquí les publico una historia que empecé a fin de año y que, como todas mis historias, se murió antes de empezar. Es decir, cuando llegué al final de la página A4 del word ya no pude seguir escribiendo... ni siquiera soy capaz de finalizar los diálogos!
En fin, acepto sugerencias, críticas e ideas para intentar continuarlo y ver si así consigo despertar a mi parte escritora de este letargo retardado que tiene.
Nos vemos!!
--------------------------
No tenía una vista privilegiada desde su balcón, solo podía ver las terrazas de las otras casas de la manzana y las paredes de los edificios que daban a la otra calle, pero al menos a esa hora de la tarde entraba el sol poniente y el atardecer era su parte favorita del día. No siempre llegaba a verlo, ya que al volver del trabajo en invierno ya era de noche y en verano, cuando el sol moría más tarde, hacía demasiado calor para sentarse ahí afuera. Por eso los fines de semana disfrutaba de ese rato a solas entre ella y el atardecer, como lo hacía en ese momento, y lo utilizaba para despejarse de cualquier problema que la acuciara.
Excepto ese día.
Era un domingo precioso de principios de junio, un día sin mucho frío y con el cielo despejado. No era un atardecer normal de invierno, sino uno que realmente valía la pena disfrutar, pero ella no lograba desconectarse. En lugar de dejar que el cielo rosado la calmara y la llenara de paz, no hacía más que darle vueltas y más vueltas a lo que había sucedido la noche anterior.
Acababa de terminar una relación muy larga y muy compleja y lo que más le apetecía era relajarse y disfrutar de sus atardeceres para poner su vida en orden nuevamente, pero lo de la noche anterior la había dejado aún más turbada que antes.
Isabel había ido a la fiesta con intención de relajarse y olvidar las penas que su relación había dejado como secuela. La había invitado su amiga Claudia, a quien no veía muy seguido y a quien debía más de una charla íntima, por lo que no dudó un segundo en aceptar la salida. Supuso que así podría pasar un buen rato con su amiga y al final de la noche compartirían un pote de helado de dulce de leche con chispas de chocolate, como solían hacer en otros tiempos, hablando de tonterías y de cosas serias a la vez. Pero no fue así como terminó la noche.
Claudia estaba en pleno romance nuevo –uno de los tantos que solía empezar y terminar en menos de un mes- y esa noche había ido con su nueva conquista a la fiesta, lo cual Isabel no supo hasta que la pasó a buscar por su casa.
-Él es Jorge –dijo Claudia y la miró como diciendo “mi nuevo hombre”-. Jorge, ella es mi amiga Isabel.
-Mucho gusto –dijo Jorge e Isabel, que estaba algo sorprendida y algo decepcionada por el repentino cambio de planes, solo atinó a responder con un tímido “hola”.
-Isa trabaja en una multinacional, en la parte de recursos humanos –comentó Claudia a Jorge mientras terminaba de acomodar su bolso-, aunque en realidad es escritora.
-No –se excusó Isa-, en realidad estudié letras y siempre me gustó escribir, pero ser escritor es otra cosa.
-Bueno, pero ¿nunca publicaste nada? –preguntó Jorge, y a ella le pareció realmente interesado.
-Solo un par de poemas y un cuento en compilaciones editoriales, pero de eso hace mucho tiempo.
-¿Y cómo terminaste trabajando en recursos humanos?
-Como la mayoría de la gente: necesitaba un trabajo, empecé de asistente sin experiencia hace unos años y al final me terminé quedando. La verdad es que me pagan bien y como son las cosas en este país, uno no puede dejar un buen trabajo por irse a perseguir un sueño... a menos que vengas de familia con plata y que te banque, claro. –Jorge asintió con la cabeza y no dijo nada más, así que ella preguntó. -¿Y vos a qué te dedicás?
-Yo trabajo en una editorial, en la parte de producción. Estudié diseño gráfico pero nunca terminé de dar las materias. Como vos decís, el trabajo viene primero, y cuando entré ahí encontré una veta del diseño que me gusta, así que me terminé quedando.
Por lo pronto, lo prometido es deuda, así que aquí les publico una historia que empecé a fin de año y que, como todas mis historias, se murió antes de empezar. Es decir, cuando llegué al final de la página A4 del word ya no pude seguir escribiendo... ni siquiera soy capaz de finalizar los diálogos!
En fin, acepto sugerencias, críticas e ideas para intentar continuarlo y ver si así consigo despertar a mi parte escritora de este letargo retardado que tiene.
Nos vemos!!
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No tenía una vista privilegiada desde su balcón, solo podía ver las terrazas de las otras casas de la manzana y las paredes de los edificios que daban a la otra calle, pero al menos a esa hora de la tarde entraba el sol poniente y el atardecer era su parte favorita del día. No siempre llegaba a verlo, ya que al volver del trabajo en invierno ya era de noche y en verano, cuando el sol moría más tarde, hacía demasiado calor para sentarse ahí afuera. Por eso los fines de semana disfrutaba de ese rato a solas entre ella y el atardecer, como lo hacía en ese momento, y lo utilizaba para despejarse de cualquier problema que la acuciara.
Excepto ese día.
Era un domingo precioso de principios de junio, un día sin mucho frío y con el cielo despejado. No era un atardecer normal de invierno, sino uno que realmente valía la pena disfrutar, pero ella no lograba desconectarse. En lugar de dejar que el cielo rosado la calmara y la llenara de paz, no hacía más que darle vueltas y más vueltas a lo que había sucedido la noche anterior.
Acababa de terminar una relación muy larga y muy compleja y lo que más le apetecía era relajarse y disfrutar de sus atardeceres para poner su vida en orden nuevamente, pero lo de la noche anterior la había dejado aún más turbada que antes.
Isabel había ido a la fiesta con intención de relajarse y olvidar las penas que su relación había dejado como secuela. La había invitado su amiga Claudia, a quien no veía muy seguido y a quien debía más de una charla íntima, por lo que no dudó un segundo en aceptar la salida. Supuso que así podría pasar un buen rato con su amiga y al final de la noche compartirían un pote de helado de dulce de leche con chispas de chocolate, como solían hacer en otros tiempos, hablando de tonterías y de cosas serias a la vez. Pero no fue así como terminó la noche.
Claudia estaba en pleno romance nuevo –uno de los tantos que solía empezar y terminar en menos de un mes- y esa noche había ido con su nueva conquista a la fiesta, lo cual Isabel no supo hasta que la pasó a buscar por su casa.
-Él es Jorge –dijo Claudia y la miró como diciendo “mi nuevo hombre”-. Jorge, ella es mi amiga Isabel.
-Mucho gusto –dijo Jorge e Isabel, que estaba algo sorprendida y algo decepcionada por el repentino cambio de planes, solo atinó a responder con un tímido “hola”.
-Isa trabaja en una multinacional, en la parte de recursos humanos –comentó Claudia a Jorge mientras terminaba de acomodar su bolso-, aunque en realidad es escritora.
-No –se excusó Isa-, en realidad estudié letras y siempre me gustó escribir, pero ser escritor es otra cosa.
-Bueno, pero ¿nunca publicaste nada? –preguntó Jorge, y a ella le pareció realmente interesado.
-Solo un par de poemas y un cuento en compilaciones editoriales, pero de eso hace mucho tiempo.
-¿Y cómo terminaste trabajando en recursos humanos?
-Como la mayoría de la gente: necesitaba un trabajo, empecé de asistente sin experiencia hace unos años y al final me terminé quedando. La verdad es que me pagan bien y como son las cosas en este país, uno no puede dejar un buen trabajo por irse a perseguir un sueño... a menos que vengas de familia con plata y que te banque, claro. –Jorge asintió con la cabeza y no dijo nada más, así que ella preguntó. -¿Y vos a qué te dedicás?
-Yo trabajo en una editorial, en la parte de producción. Estudié diseño gráfico pero nunca terminé de dar las materias. Como vos decís, el trabajo viene primero, y cuando entré ahí encontré una veta del diseño que me gusta, así que me terminé quedando.
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lunes, 9 de noviembre de 2009
Fears
Scared. She was scared beyond anything she had felt before in her life. She was walking on the edge of a cliff trying no to look down, but always thinking she would slip, so she couldn't help it. And once she did that, once she looked down, the falling started no matter what.
All metaphorically speaking, of course.
The real reason she felt that way was because she was falling in love. And if there was one thing she couldn't handle in her life that was love.
She was scared all the time, so scared she usually ran away from any guy she met so she wouldn't have to even consider if he was cute or not. She had built a hole set of big, tall walls around her heart to keep it safe, but what she didn't know is that once love comes knocking on your door, there are no walls capable to keep it out.
So now she was scared. Terribly, incredibly scared. She was falling for a guy that actually liked her back... He might even love her back too.
So... what now?? Should she let him in and risk her precious heart, the one thing she treasure the most, the only thing she had to give? And how can she know he's been honest about his feelings? How can she be sure that letting herself be loved and love him in return would be the right thing to do?
And what if she got hurt? Was she prepared to let her dearest heart be possibly broken in the name of love? Was she capable of living fully and accepting all the joy love could give her if the result was that later on she will suffer?
What she wasn't capable off was seeing the difference between living and gaining and then loosing, to not even live. So when he said to her -after much much talking and patience from his part- was: are you always going to be a "gray" person? Do you always want to stay in the safe side, guarding your heart, but never using it?
After that, she was even more scared than before because that night she knew he meant it, he wanted to be with her, he was betting on "them" and he was asking her to do the same... so she did. And her fears now had more to do with the fact that it took her a long time to decide to risk it, so he might be upset with her and, what if it was all a lie and he just wanted to hurt her like she had hurt him? And if he now realizes she wasn't that good for him as he once thought? And worse of all, was she capable of given herself completely to him in that state of mind? With that constant fear running through her veins?
She'll find out soon enough, her mind told her. But at least she wasn't going to quit before trying this time.
All metaphorically speaking, of course.
The real reason she felt that way was because she was falling in love. And if there was one thing she couldn't handle in her life that was love.
She was scared all the time, so scared she usually ran away from any guy she met so she wouldn't have to even consider if he was cute or not. She had built a hole set of big, tall walls around her heart to keep it safe, but what she didn't know is that once love comes knocking on your door, there are no walls capable to keep it out.
So now she was scared. Terribly, incredibly scared. She was falling for a guy that actually liked her back... He might even love her back too.
So... what now?? Should she let him in and risk her precious heart, the one thing she treasure the most, the only thing she had to give? And how can she know he's been honest about his feelings? How can she be sure that letting herself be loved and love him in return would be the right thing to do?
And what if she got hurt? Was she prepared to let her dearest heart be possibly broken in the name of love? Was she capable of living fully and accepting all the joy love could give her if the result was that later on she will suffer?
What she wasn't capable off was seeing the difference between living and gaining and then loosing, to not even live. So when he said to her -after much much talking and patience from his part- was: are you always going to be a "gray" person? Do you always want to stay in the safe side, guarding your heart, but never using it?
After that, she was even more scared than before because that night she knew he meant it, he wanted to be with her, he was betting on "them" and he was asking her to do the same... so she did. And her fears now had more to do with the fact that it took her a long time to decide to risk it, so he might be upset with her and, what if it was all a lie and he just wanted to hurt her like she had hurt him? And if he now realizes she wasn't that good for him as he once thought? And worse of all, was she capable of given herself completely to him in that state of mind? With that constant fear running through her veins?
She'll find out soon enough, her mind told her. But at least she wasn't going to quit before trying this time.
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martes, 27 de octubre de 2009
A disfrutar...
Y así fue como de a poco notó que todo en su vida iba "cayendo" en su lugar. Ya fuera porque los años pasaban o porque era como tenía que ser, el anhelo insatisfecho que carcomió su interior durante la mayor parte de su vida de a poco se estaba apagando. En realidad, ya casi no lo sentía.
Seguía teniendo sueños por cumplir, metas que cruzar, pero la carrera la manejaba ella ahora. Y nadie la apresuraba. De pronto un día despertó y se dio cuenta de que todo iba tomando forma a su alrededor y, todavía mejor, era ella quien lo moldeaba a su gusto.
Ya no había necesidad de correr, ya no era obligatorio sufrir, ya no querría escapar. Ahora todo empezaba a tener sentido y lo que aún no, ella sabía que lo encontraría. Ahora era momento de planear y actuar y aceptar los resultados con paciencia y optimismo.
Ahora era el momento para disfrutar de la vida... porque era feliz :D
Seguía teniendo sueños por cumplir, metas que cruzar, pero la carrera la manejaba ella ahora. Y nadie la apresuraba. De pronto un día despertó y se dio cuenta de que todo iba tomando forma a su alrededor y, todavía mejor, era ella quien lo moldeaba a su gusto.
Ya no había necesidad de correr, ya no era obligatorio sufrir, ya no querría escapar. Ahora todo empezaba a tener sentido y lo que aún no, ella sabía que lo encontraría. Ahora era momento de planear y actuar y aceptar los resultados con paciencia y optimismo.
Ahora era el momento para disfrutar de la vida... porque era feliz :D
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sábado, 11 de julio de 2009
Mayo 9: I need to tell you this
Mi cabeza va a explotar, la migraña me odia y el resfrío no ayuda, pero no importa. Lo único que importa es que lo dije, lo saqué de mi pecho y me descargué; te lo dije. Y te extraño ya como si no te viera hace meses, pero muero de la vergüenza cuando pienso en llamarte. A pesar de todo lo que hablamos ya.... Cómo puedo tener vergüenza ahora que ya no tengo nada que ocultar? Te dije lo que siento y me respondiste como yo sabía que me ibas a responder, lo cual es un gran gesto de tu parte al no reirte en mi cara, pero además te quedaste y me escuchaste y me hablaste de vos y pasamos horas y horas y horas juntos...
Dios! Y ese mensajito que te mandé??? ya creía que no te veía más, era nuestra última noche y aún así me fui porque estaba muerta, enferma a más no poder, tanto que ni siquiera me importó saber que no te iba a volver a ver. Bueno, no me importó hasta que llegué a casa y me quise morir por no haberme despedido, así que te mandé ese estúpido mensaje! Por Dios, de haber sabido que ayer nos ibamos a volver a ver no lo habría hecho! Me sentía como una nena de 8 años que se pone colorada cuando ve al primer chico que le gusta... Pero no tengo 8 años, sino 25 y vos casi 28, y además solo me estabas preguntando sobre mi situación laboral/económica y yo no podía ni verte a la cara para contestarte.
O sea, si no te diste cuenta todavía, te lo explico: me hacés sentir estúpida. Me hacés hacer estupideces, por lo cual la verdadera definición es que me tenés hecha una estúpida. Pero también hay que ser sinceros y decir que vos no me hacés nada, sino que yo solita soy estúpida, ya sea por naturaleza o por falta de práctica en estas cosas.
Lo cierto también es que cuando no te veía por un tiempo se me pasaba "el amor", pero después aparecías un día y me sonreías y a mi se me derretían las piernas (por no mencionar otras consecuencias). Me da pena que no sientas lo mismo, es obvio que todavía tenes issues con tu ex, y no pienso que yo sea quien te puede ayudar con ellos ni mucho menos. Solo me hubiera gustado que pudieramos compartir un poco más de tiempo juntos. Quizás te habrías dado cuenta de que te intereso un poquito más... al menos lo suficiente como para regalarme una noche, jajaja. (Nooo, nena, no seas regalada que a esas no las quiere nadie.)
Pero bueno, que más da? Ahora puedo decir que me saqué las ganas de decirte que me gustás y que me hubiera encantado robarte un beso. Y, aunque de verdad agradezco que hayas sido tan caballero y te comportaras totalmente tranquilo con todo mi avergonzante despliegue de baboseo infantil, una parte de mi deseaba que fueras como todas las mujeres decimos que son todos los hombres y que te portaras como un hijo de puta insensible y te me cagaras de risa en la cara. ...bueno... no se si tan así, pero siento que el hecho de que me rechazaras sin realmente rechazarme me deja unas ganas enormes de putear a alguien a quien no puedo putear, de pelearme con alguien, de llorar o de comer helado hasta el hartazgo porque "todos son iguales"... y eso no lo puedo hacer. Vos no sos igual y es por eso que no puedo odiarte.
Es que vas a ser otro capítulo incompleto de mi vida? El primero en esta nueva yo que todo lo puede y que está dispuesta a ser feliz? No quiero que te conviertas en eso, porque así terminaría retrocediendo. Pero supongo que tampoco es decisión tuya, sino que soy yo quien está volviendo -aunque sea desde otro ángulo, desde otra óptica- a repetir los mismos patrones que antes. Por lo tanto también soy yo la que tiene que cambiarlos, la que no tiene que permitir que te conviertas en un asunto pendiente, la que tiene que poner punto final a esta historia que nunca fue pero que a su vez significó un montón para mi. Soy yo la que tiene que realmente contentarse con solo haberte dicho lo que sentía... Que, si lo pienso un poquito, eso ya fue mucho para la vieja yo.
Dios! Y ese mensajito que te mandé??? ya creía que no te veía más, era nuestra última noche y aún así me fui porque estaba muerta, enferma a más no poder, tanto que ni siquiera me importó saber que no te iba a volver a ver. Bueno, no me importó hasta que llegué a casa y me quise morir por no haberme despedido, así que te mandé ese estúpido mensaje! Por Dios, de haber sabido que ayer nos ibamos a volver a ver no lo habría hecho! Me sentía como una nena de 8 años que se pone colorada cuando ve al primer chico que le gusta... Pero no tengo 8 años, sino 25 y vos casi 28, y además solo me estabas preguntando sobre mi situación laboral/económica y yo no podía ni verte a la cara para contestarte.
O sea, si no te diste cuenta todavía, te lo explico: me hacés sentir estúpida. Me hacés hacer estupideces, por lo cual la verdadera definición es que me tenés hecha una estúpida. Pero también hay que ser sinceros y decir que vos no me hacés nada, sino que yo solita soy estúpida, ya sea por naturaleza o por falta de práctica en estas cosas.
Lo cierto también es que cuando no te veía por un tiempo se me pasaba "el amor", pero después aparecías un día y me sonreías y a mi se me derretían las piernas (por no mencionar otras consecuencias). Me da pena que no sientas lo mismo, es obvio que todavía tenes issues con tu ex, y no pienso que yo sea quien te puede ayudar con ellos ni mucho menos. Solo me hubiera gustado que pudieramos compartir un poco más de tiempo juntos. Quizás te habrías dado cuenta de que te intereso un poquito más... al menos lo suficiente como para regalarme una noche, jajaja. (Nooo, nena, no seas regalada que a esas no las quiere nadie.)
Pero bueno, que más da? Ahora puedo decir que me saqué las ganas de decirte que me gustás y que me hubiera encantado robarte un beso. Y, aunque de verdad agradezco que hayas sido tan caballero y te comportaras totalmente tranquilo con todo mi avergonzante despliegue de baboseo infantil, una parte de mi deseaba que fueras como todas las mujeres decimos que son todos los hombres y que te portaras como un hijo de puta insensible y te me cagaras de risa en la cara. ...bueno... no se si tan así, pero siento que el hecho de que me rechazaras sin realmente rechazarme me deja unas ganas enormes de putear a alguien a quien no puedo putear, de pelearme con alguien, de llorar o de comer helado hasta el hartazgo porque "todos son iguales"... y eso no lo puedo hacer. Vos no sos igual y es por eso que no puedo odiarte.
Es que vas a ser otro capítulo incompleto de mi vida? El primero en esta nueva yo que todo lo puede y que está dispuesta a ser feliz? No quiero que te conviertas en eso, porque así terminaría retrocediendo. Pero supongo que tampoco es decisión tuya, sino que soy yo quien está volviendo -aunque sea desde otro ángulo, desde otra óptica- a repetir los mismos patrones que antes. Por lo tanto también soy yo la que tiene que cambiarlos, la que no tiene que permitir que te conviertas en un asunto pendiente, la que tiene que poner punto final a esta historia que nunca fue pero que a su vez significó un montón para mi. Soy yo la que tiene que realmente contentarse con solo haberte dicho lo que sentía... Que, si lo pienso un poquito, eso ya fue mucho para la vieja yo.
viernes, 10 de julio de 2009
Abril 8: una de cal y una de arena
No hay risa sin llanto, no hay bueno sin malo, no hay mentira sin verdad, no hay ilusión sin desilusión y, por supuesto, no puede haber una segunda oportunidad sin una traba para dificultarla, no?
Hace unos días estaba re contenta porque iba a trabajar con P. varios días a la semana; ya estaba haciendo planes de como le iba a decir lo que me pasa, emocionada porque ahora no me iba a acobardar... Y luego, dos días después las cosas en el laburo se complican y aqui estoy hoy, a punto de renunciar.
Quizás parezca una medida drástica, en especial para quien solo vea la parte monetaria y diga "Por cien pesos??" Bueno, si, por cien pesos. Porque todo el manejo con esta empresa estuvo mal parido desde el principio y porque después de dos meses ya no soporto más los malos manejos, que se terminan transformando en forradas. Y si algo aprendí de mis anteriores laburos es que yo no soy forro de nadie.
Así es como viene la cosa: lo primero con lo que nos mintieron cuando entramos a laburar fue con el tema de los horarios de trabajo, ya que nunca nos dijeron que teniamos que bajar dos horas por el daylight saving de acá y allá. Luego fue la cantidad de guita que ibamos a cobrar por mes, lo cual produjo un gran revuelo cuando nos explicaron el básico y etcs. Después de aceptar eso a regañadientes vino el problema con los tickets que nos iban a pagar por dos semanas de febrero, que casi no los pagan a tiempo y la calentura general ya fue mucha. De ahí ya quedaban menos chicos que entraron a trabajar y, de esos, muchos no duraron medio mes. Porque además, cuando fuimos a cobrar el cheque por la última semana de febrero resultó que se habían "olvidado" de sumarnos el 29... Mi estado de aburrimiento ya con toda la situación llegó a un punto casi extremo, pero me la aguanté. Vi como se seguían yendo mis compañeros y esperé paciente a que llegara abril para ver cuanto cobraba... y bueno, llegó, y en mi cuenta del banco no me depositaron ni siquiera el básico.
Basta. Sacando las cuentas, sumando el día de febrero que me deben todavía y el feriado que trabajé en marzo, sin hacer sumas detalladas, como mínimo me faltan $100, sino más.... Así no. Me pudrí y hoy mismo voy a pedir que me arreglen esto o renuncio. Todavía no se si esta noche trabajaré o no, porque todo depende de lo que arregle con mi jefe en un par de horas. Y que no me venga con que tengo que esperar unos días hasta que me den el recibo de sueldo, porque no pienso esperar más nada. O me depositan al menos esos $100 para mañana o directamente que saquen la cuenta de los días de abril que trabajé (con feriado y una hora extra incluídos) y me lo depositan todo junto, ya que mi renuncia va a estar en camino.
Y bueno, ese es mi dilema. Contaba con hoy empezar la segunda parte de lo que podría ser una historia con P. y termino sin saber siquiera si voy a trabajar o no. Pero de cualquier manera algo voy a hacer, porque no me puedo ir sin despedirme y, a perdido por perdido, cuando me vaya le parto la boca de un beso y listo, jajajajaja. Después, quién me quita lo bailado?
Hace unos días estaba re contenta porque iba a trabajar con P. varios días a la semana; ya estaba haciendo planes de como le iba a decir lo que me pasa, emocionada porque ahora no me iba a acobardar... Y luego, dos días después las cosas en el laburo se complican y aqui estoy hoy, a punto de renunciar.
Quizás parezca una medida drástica, en especial para quien solo vea la parte monetaria y diga "Por cien pesos??" Bueno, si, por cien pesos. Porque todo el manejo con esta empresa estuvo mal parido desde el principio y porque después de dos meses ya no soporto más los malos manejos, que se terminan transformando en forradas. Y si algo aprendí de mis anteriores laburos es que yo no soy forro de nadie.
Así es como viene la cosa: lo primero con lo que nos mintieron cuando entramos a laburar fue con el tema de los horarios de trabajo, ya que nunca nos dijeron que teniamos que bajar dos horas por el daylight saving de acá y allá. Luego fue la cantidad de guita que ibamos a cobrar por mes, lo cual produjo un gran revuelo cuando nos explicaron el básico y etcs. Después de aceptar eso a regañadientes vino el problema con los tickets que nos iban a pagar por dos semanas de febrero, que casi no los pagan a tiempo y la calentura general ya fue mucha. De ahí ya quedaban menos chicos que entraron a trabajar y, de esos, muchos no duraron medio mes. Porque además, cuando fuimos a cobrar el cheque por la última semana de febrero resultó que se habían "olvidado" de sumarnos el 29... Mi estado de aburrimiento ya con toda la situación llegó a un punto casi extremo, pero me la aguanté. Vi como se seguían yendo mis compañeros y esperé paciente a que llegara abril para ver cuanto cobraba... y bueno, llegó, y en mi cuenta del banco no me depositaron ni siquiera el básico.
Basta. Sacando las cuentas, sumando el día de febrero que me deben todavía y el feriado que trabajé en marzo, sin hacer sumas detalladas, como mínimo me faltan $100, sino más.... Así no. Me pudrí y hoy mismo voy a pedir que me arreglen esto o renuncio. Todavía no se si esta noche trabajaré o no, porque todo depende de lo que arregle con mi jefe en un par de horas. Y que no me venga con que tengo que esperar unos días hasta que me den el recibo de sueldo, porque no pienso esperar más nada. O me depositan al menos esos $100 para mañana o directamente que saquen la cuenta de los días de abril que trabajé (con feriado y una hora extra incluídos) y me lo depositan todo junto, ya que mi renuncia va a estar en camino.
Y bueno, ese es mi dilema. Contaba con hoy empezar la segunda parte de lo que podría ser una historia con P. y termino sin saber siquiera si voy a trabajar o no. Pero de cualquier manera algo voy a hacer, porque no me puedo ir sin despedirme y, a perdido por perdido, cuando me vaya le parto la boca de un beso y listo, jajajajaja. Después, quién me quita lo bailado?
miércoles, 8 de julio de 2009
Abril 3: second chances
OH MY GOD!!!!!!!!!!! no lo puedo creer!!! parece que debería empezar a creer en el destino porque, si no es eso, no se que puede ser, jajaja. Al parecer el destino me ha concedido una segunda oportunidad sin que siquiera yo se la pida. Bueno... más o menos. Supongo que cuando alguien desea mucho algo es casi como si le pidiera al destino que intervenga, así que...
Bueno!! pero me estoy yendo de curso: lo que sucede es que por esas cosas de la vida, voy a cambiar mi horario de trabajo temporalmente y... voy a estar con Pablo!!! Si, es como muy loco, pero justo los 3 días a la semana en que me lo vengo cruzando por unos minutos, ahora los voy a trabajar de noche, con él!.... podré convencerlo de que se tome el 103 conmigo para no tener que quedarme sola esperando el bondi a las 2 de la mañana??? mmm, yo creo que si....
Y sino, de última veo que papichulos hay a la noche y quizás ligo algo, jajajajaja. Pero lo cierto es que es más guita y saber que es sólo por un mes y medio ya es bastante incentivo. Si a eso le agrego verlo y hablarle todo el tiempo a Pablito... ay mamá! estuve todo el viaje de vuelta en el bondi soñando con imágenes XXX, con Pablito y yo como protagonistas! jajajajaj. Por supuesto, no ayudó que yo estuviera justamente hablando de él con una compañera cuando de pronto aparece (en su día franco!!!) y me saluda con su sonrisa de angel... horas extras, claro, el loco de la guita para ir a Japón. Ok, ok, pero P. no ayudás a mi mente retorcida con esos juegos mentales que ni siquiera haces a proposito...
Bueno, ya veremos la segunda parte de esta historia una vez que empiece a trabajar a la noche el lunes... shit! que voy a tener mucho para escribir proximamente, ajjajajaj.
Bueno!! pero me estoy yendo de curso: lo que sucede es que por esas cosas de la vida, voy a cambiar mi horario de trabajo temporalmente y... voy a estar con Pablo!!! Si, es como muy loco, pero justo los 3 días a la semana en que me lo vengo cruzando por unos minutos, ahora los voy a trabajar de noche, con él!.... podré convencerlo de que se tome el 103 conmigo para no tener que quedarme sola esperando el bondi a las 2 de la mañana??? mmm, yo creo que si....
Y sino, de última veo que papichulos hay a la noche y quizás ligo algo, jajajajaja. Pero lo cierto es que es más guita y saber que es sólo por un mes y medio ya es bastante incentivo. Si a eso le agrego verlo y hablarle todo el tiempo a Pablito... ay mamá! estuve todo el viaje de vuelta en el bondi soñando con imágenes XXX, con Pablito y yo como protagonistas! jajajajaj. Por supuesto, no ayudó que yo estuviera justamente hablando de él con una compañera cuando de pronto aparece (en su día franco!!!) y me saluda con su sonrisa de angel... horas extras, claro, el loco de la guita para ir a Japón. Ok, ok, pero P. no ayudás a mi mente retorcida con esos juegos mentales que ni siquiera haces a proposito...
Bueno, ya veremos la segunda parte de esta historia una vez que empiece a trabajar a la noche el lunes... shit! que voy a tener mucho para escribir proximamente, ajjajajaj.
martes, 7 de julio de 2009
Marzo 2: Sábado a la noche... me quiero mataaaarrrr!!!!
Me enamoré como una colegiala y me salió para el ojete... como cuando era una colegiala. Bah, como siempre, ajjajaa. Resumiendo: conocí a un compañerito del training de mi nuevo laburo que me encandiló con su sonrisa apenas lo vi y me quedé como volátil por 3 semanas. Estuve como loca tratando de encontrar la manera de hacerle ver mi interés y, en unas cuantas ocasiones me pareció ver algo de interés de su parte, pero creo que me equivoqué.
En fin, el sábado salimos con los chicos del training después del examen final porque a partir de mañana todos tenemos horarios distintos y, con los pocos que nos crucemos, nos va a ser difícil joder como lo hacíamos en clase.
Cuestión que éramos 10 (el grupo se fue reduciendo considerablemente con el pasar de los últimos dos días, pero ya les contaré las peripecias de todo mi training en otra ocasión, ahora estoy muy cebada con el tema del muchacho), incluida la teacher y su chico. Yo, que me venía riendo a carcajadas maaal todo el día, la estaba pasando bomba en una pizzería en Av. de Mayo con Pablo sentado delante de mí. De hecho, veníamos caminando juntos desde el vamos, aunque en la office no me dio la bola que yo esperaba; pensé que quizás se sintiera cohibido por el resto de la gente... Ok, comimos y nos cagamos de risa, dos chicas se fueron temprano y la teacher se fue después de comer con su chico, así que quedamos 6: 3 chicos y 3 chicas. Da la casualidad que a un chico y una chica los veníamos emparejando todos hacía rato porque no se despegaron en todo el training, lo cual terminaba poniendo más tensión a la situación.
Bueno, salimos de la pizzería (siempre él y yo caminando juntos) y fuimos a un pub por Paseo la Plaza. Eran como las 2 am y queríamos seguir tomando, aunque estábamos todos secos en guita. Anyway, ahí en el pub no nos separamos ni un minuto. No le dimos bola a los demás, charlábamos de todo: películas, música (que de hecho compartíamos gustos por los temas viejos y nos pusimos a cantar los románticos de la época "asaltos" que tengo en mi mp3, mientras escuchábamos cada uno de un auricular.... jajajaj, fue mortal), hablamos de relaciones, deportes, heridas estilo quebraduras y luxaciones, sexo y encima "hay que tirarse a la pileta".... ¡Juro a Dios que no hay mujer más idiota que yo en el planeta! Esa era mi oportunidad y lo sabía, pero no estaba segura de él, no fue como mes pasado con el chico de la fiesta (uno del que nunca hablaré, jajaja), no sabía si realmente le interesaba a Pablo o no. Así que, tanto para evitar el ridículo como para evitar que se arruinara la noche teniendo a mis otros compañeritos al lado, la dejé pasar.
Para colmo de males, al irnos -tipo 6 am- solo él y yo íbamos para el mismo lado y, cuando le expliqué el camino que hacía el 103 por esa zona, me dijo que a él también lo dejaba, así que íbamos a viajar juntos.... Dios!! qué OPA que soy!!! No podía soportar los silencios así que buscaba cualquier tema de conversación; creo que no me fui al carajo, de hecho creo que me comporté bastante bien en toda la noche (al menos, lo suficientemente bien como para una persona de 25 con un enamoramiento de quinceañera), pero el punto es que debí aprovechar ese último minuto, esa última oportunidad que me estaba dando la noche para tirarle alguna proposición, o comerle la boca de un beso, o al menos hacerle una pregunta directa y sacarme las dudas! Pero no. Subimos al bondi, viajamos hablando -como lo hicimos durante toda la noche-, él se tenía que bajar así que nos saludamos con un beso en la mejilla, nos deseamos buena suerte para el lunes mutuamente, y él se bajó.
Me consolé por un rato recordando que él me había vuelto a preguntar mi horario y que me dijo que en 15 días nos íbamos a volver a ver, aunque sea unos minutos por día, cuando a él le bajaran las horas y empezara justo a la misma hora en que yo termino... recuerdo que me dijo "voy a llegar y te voy a saludar, y antes de irte vos me vas a saludar a mi. Así al menos nos veremos todos los días unos minutos..." Casi muero. Pero que tarada que fui; estaba escrito y casi que debería alegrarme de que no pasara nada estando yo en ese estado de "complete infatuation", porque después hubiera sido peor para mí. De hecho, tengo que admitir que más de una vez soñé despierta con besarlo... y algo más también, jajaja.
Así que mejor que no me animé a nada, hubiera sido una humillación al pedo sabiendo que él, simplemente, no estaba interesado. Estoy convencida de que le caigo muy bien y que hasta podríamos ser amigos, pero que sus intenciones nunca fueron más allá de eso. Y no es que yo buscara un novio ni nada, pero un revolcón no habría estado mal, jajaja. Pero bueno, quizás teniendo en cuenta que él también se esta yendo del país pronto -y quizás para no volver, por un año al menos- creo que tiene sus razones para no querer que nada de nada lo ate. Y lo entiendo: puedo estar muy necesitada de cariño, besos y sexo, pero mi sueño en este momento es México y no quiero que nada se interponga en mi camino.
(3/3 PD: Lo peor es que lo sigo soñando... y hoy hasta me quedé una hora más en el laburo para verlo cuando llegara... Estoy en el horno!)
En fin, el sábado salimos con los chicos del training después del examen final porque a partir de mañana todos tenemos horarios distintos y, con los pocos que nos crucemos, nos va a ser difícil joder como lo hacíamos en clase.
Cuestión que éramos 10 (el grupo se fue reduciendo considerablemente con el pasar de los últimos dos días, pero ya les contaré las peripecias de todo mi training en otra ocasión, ahora estoy muy cebada con el tema del muchacho), incluida la teacher y su chico. Yo, que me venía riendo a carcajadas maaal todo el día, la estaba pasando bomba en una pizzería en Av. de Mayo con Pablo sentado delante de mí. De hecho, veníamos caminando juntos desde el vamos, aunque en la office no me dio la bola que yo esperaba; pensé que quizás se sintiera cohibido por el resto de la gente... Ok, comimos y nos cagamos de risa, dos chicas se fueron temprano y la teacher se fue después de comer con su chico, así que quedamos 6: 3 chicos y 3 chicas. Da la casualidad que a un chico y una chica los veníamos emparejando todos hacía rato porque no se despegaron en todo el training, lo cual terminaba poniendo más tensión a la situación.
Bueno, salimos de la pizzería (siempre él y yo caminando juntos) y fuimos a un pub por Paseo la Plaza. Eran como las 2 am y queríamos seguir tomando, aunque estábamos todos secos en guita. Anyway, ahí en el pub no nos separamos ni un minuto. No le dimos bola a los demás, charlábamos de todo: películas, música (que de hecho compartíamos gustos por los temas viejos y nos pusimos a cantar los románticos de la época "asaltos" que tengo en mi mp3, mientras escuchábamos cada uno de un auricular.... jajajaj, fue mortal), hablamos de relaciones, deportes, heridas estilo quebraduras y luxaciones, sexo y encima "hay que tirarse a la pileta".... ¡Juro a Dios que no hay mujer más idiota que yo en el planeta! Esa era mi oportunidad y lo sabía, pero no estaba segura de él, no fue como mes pasado con el chico de la fiesta (uno del que nunca hablaré, jajaja), no sabía si realmente le interesaba a Pablo o no. Así que, tanto para evitar el ridículo como para evitar que se arruinara la noche teniendo a mis otros compañeritos al lado, la dejé pasar.
Para colmo de males, al irnos -tipo 6 am- solo él y yo íbamos para el mismo lado y, cuando le expliqué el camino que hacía el 103 por esa zona, me dijo que a él también lo dejaba, así que íbamos a viajar juntos.... Dios!! qué OPA que soy!!! No podía soportar los silencios así que buscaba cualquier tema de conversación; creo que no me fui al carajo, de hecho creo que me comporté bastante bien en toda la noche (al menos, lo suficientemente bien como para una persona de 25 con un enamoramiento de quinceañera), pero el punto es que debí aprovechar ese último minuto, esa última oportunidad que me estaba dando la noche para tirarle alguna proposición, o comerle la boca de un beso, o al menos hacerle una pregunta directa y sacarme las dudas! Pero no. Subimos al bondi, viajamos hablando -como lo hicimos durante toda la noche-, él se tenía que bajar así que nos saludamos con un beso en la mejilla, nos deseamos buena suerte para el lunes mutuamente, y él se bajó.
Me consolé por un rato recordando que él me había vuelto a preguntar mi horario y que me dijo que en 15 días nos íbamos a volver a ver, aunque sea unos minutos por día, cuando a él le bajaran las horas y empezara justo a la misma hora en que yo termino... recuerdo que me dijo "voy a llegar y te voy a saludar, y antes de irte vos me vas a saludar a mi. Así al menos nos veremos todos los días unos minutos..." Casi muero. Pero que tarada que fui; estaba escrito y casi que debería alegrarme de que no pasara nada estando yo en ese estado de "complete infatuation", porque después hubiera sido peor para mí. De hecho, tengo que admitir que más de una vez soñé despierta con besarlo... y algo más también, jajaja.
Así que mejor que no me animé a nada, hubiera sido una humillación al pedo sabiendo que él, simplemente, no estaba interesado. Estoy convencida de que le caigo muy bien y que hasta podríamos ser amigos, pero que sus intenciones nunca fueron más allá de eso. Y no es que yo buscara un novio ni nada, pero un revolcón no habría estado mal, jajaja. Pero bueno, quizás teniendo en cuenta que él también se esta yendo del país pronto -y quizás para no volver, por un año al menos- creo que tiene sus razones para no querer que nada de nada lo ate. Y lo entiendo: puedo estar muy necesitada de cariño, besos y sexo, pero mi sueño en este momento es México y no quiero que nada se interponga en mi camino.
(3/3 PD: Lo peor es que lo sigo soñando... y hoy hasta me quedé una hora más en el laburo para verlo cuando llegara... Estoy en el horno!)
lunes, 6 de julio de 2009
Febrero 23: ¿¿¿¿¿¿Am I in love??????
I'm not REALLY in love, is more like a crush... and I haven't feel one of those in years! hahaha.
It's so weird ‘cause there's this guy at work and, well, he's not ugly but he's not gorgeous either, not like a sex symbol or anything. In fact, he's a little chubby and not that much taller than me (actually, I think he’s not taller than me at all), and I usually like tall guys... at least tall enough for me to have to look up to see their eyes. Also, this guy is blond with blue eyes, which are very pretty, of course, but I've always liked brunets. He's not the funniest of the room but he's not dull either. He's very smart and we usually joke around about him knowing everything and me having to learn from him, which always ends up with me throwing something at him, hahaha.
So, you must be wondering: what the hell did you see in this guy??? Well... it was his smile. Oooohhhh God, I'm in love with his smile! It's so warm and kind and beautiful that it makes my knees go all Jelloish. And when he looks directly into my eyes, like he's listening everything that I say, and then smiles..... *super-long-sigh*. And also, when we sit down in the breakroom all together to have some coffey and chat during the breaks, I've caught him more than once looking at me and smiling... and I just melted.
The worst part of all is that I only have one more week with him until the training is over and then we'll all start on our regular shifts at work, and he and I will have two completely different schedules so... I'm so bummed :(
I swear it; this guy smile’s got right trough my heart. So I actually can say that I'm in love... I fell in love with his smile :P
Love,
Euge
PS: btw, work's going great, I'm learning a lot and I'm laughing a lot. I just hope I won't totally suck once I actually start working. :S
Apareciste sin que te buscara nadie,
no esperaba encontrarte ahí.
Tal vez tu risa no tenía sombras,
no tenia cara... fue todo lo que vi...
It's so weird ‘cause there's this guy at work and, well, he's not ugly but he's not gorgeous either, not like a sex symbol or anything. In fact, he's a little chubby and not that much taller than me (actually, I think he’s not taller than me at all), and I usually like tall guys... at least tall enough for me to have to look up to see their eyes. Also, this guy is blond with blue eyes, which are very pretty, of course, but I've always liked brunets. He's not the funniest of the room but he's not dull either. He's very smart and we usually joke around about him knowing everything and me having to learn from him, which always ends up with me throwing something at him, hahaha.
So, you must be wondering: what the hell did you see in this guy??? Well... it was his smile. Oooohhhh God, I'm in love with his smile! It's so warm and kind and beautiful that it makes my knees go all Jelloish. And when he looks directly into my eyes, like he's listening everything that I say, and then smiles..... *super-long-sigh*. And also, when we sit down in the breakroom all together to have some coffey and chat during the breaks, I've caught him more than once looking at me and smiling... and I just melted.
The worst part of all is that I only have one more week with him until the training is over and then we'll all start on our regular shifts at work, and he and I will have two completely different schedules so... I'm so bummed :(
I swear it; this guy smile’s got right trough my heart. So I actually can say that I'm in love... I fell in love with his smile :P
Love,
Euge
PS: btw, work's going great, I'm learning a lot and I'm laughing a lot. I just hope I won't totally suck once I actually start working. :S
Apareciste sin que te buscara nadie,
no esperaba encontrarte ahí.
Tal vez tu risa no tenía sombras,
no tenia cara... fue todo lo que vi...
lunes, 22 de junio de 2009
miércoles, 17 de junio de 2009
El viaje (parte 5)
Lunes – Último día
Ayer me agarró la melancolía porque se acababan mis vacaciones. No es que Carlos Paz haya sido el mejor lugar que conocí en mi vida ni que la haya pasado mejor que en ningún otro lado, pero lo cierto es que descansé, escribí, leí, paseé, conocí y chivié muchísimo y no quiero que se termine. El tener que volver y enfrentarme al estudio, a buscar un nuevo trabajo, incluso a estar rodeada de gente todo el tiempo -o sea: volver a la realidad-, implica dejar esta paz que encontré, esta completa innecesidad de pensar, de analizar, de maniobrar todo lo que va pasando a mi alrededor.
Quizás se deba a haber pasado tanto tiempo sola que, aunque al principio me resultaba incómodo, al final terminó gustándome. O quizás sea por aquel maravilloso lugar a las puertas del cielo donde casi me pongo a llorar con solo verlo; o a aquel muchacho de la capital cordobesa -vestido con pantalón y saco de vestir azul, pero desalineado y con una mochila al hombro- que me tomó por lugareña y me pidió direcciones... y que terminó compartiendo conmigo una mesa en la vereda de un bar y una gaseosa a las 4 de la tarde de un caluroso domingo, mientras esperaba encontrarse con sus compañeros de viaje. Quizás sea el hecho de que no lo volví ni lo voy a volver a ver, el hecho de que una hora y media hablando resultó ser muy poco tiempo y que saber únicamente que se llamaba Manuel no me alcanzó para guardarlo en el cajón de las fantasías hechas realidad.
O tal vez sea que me sigo olvidando que ese tipo de fantasías no se vuelven realidad, y menos a mí. Pero está bien, todavía sueño despierta con que me lo cruzo en la calle una vez más antes de irme (y me voy en 5 horas) y si eso no sirve más que para hacer que mi imaginación vuele y de pronto me vea paseando con él por la ladera de la montaña y encontremos ese hotel en el que me alojé hace 13 años (a pesar de que no lo encontré en toda la semana), pues bien, no importa. Que sirva solo para eso y que ayude a enriquecer mi escritura, para poder así inventar una historia de la que me sienta orgullosa.
En fin, es mi último día y me alegro de poder llevarme conmigo estas experiencias, estos sueños y todas esas horas de paz junto al lago, caminando, en la montaña y en todas partes. La experiencia de haber estado sola y hacer todo por y para mi, de haber dedicado mi tiempo a mis necesidades me da una recompensa aún mayor a la que obtuve por las vacaciones en si: ahora se que mi próximo objetivo es mi independencia.
Ayer me agarró la melancolía porque se acababan mis vacaciones. No es que Carlos Paz haya sido el mejor lugar que conocí en mi vida ni que la haya pasado mejor que en ningún otro lado, pero lo cierto es que descansé, escribí, leí, paseé, conocí y chivié muchísimo y no quiero que se termine. El tener que volver y enfrentarme al estudio, a buscar un nuevo trabajo, incluso a estar rodeada de gente todo el tiempo -o sea: volver a la realidad-, implica dejar esta paz que encontré, esta completa innecesidad de pensar, de analizar, de maniobrar todo lo que va pasando a mi alrededor.
Quizás se deba a haber pasado tanto tiempo sola que, aunque al principio me resultaba incómodo, al final terminó gustándome. O quizás sea por aquel maravilloso lugar a las puertas del cielo donde casi me pongo a llorar con solo verlo; o a aquel muchacho de la capital cordobesa -vestido con pantalón y saco de vestir azul, pero desalineado y con una mochila al hombro- que me tomó por lugareña y me pidió direcciones... y que terminó compartiendo conmigo una mesa en la vereda de un bar y una gaseosa a las 4 de la tarde de un caluroso domingo, mientras esperaba encontrarse con sus compañeros de viaje. Quizás sea el hecho de que no lo volví ni lo voy a volver a ver, el hecho de que una hora y media hablando resultó ser muy poco tiempo y que saber únicamente que se llamaba Manuel no me alcanzó para guardarlo en el cajón de las fantasías hechas realidad.
O tal vez sea que me sigo olvidando que ese tipo de fantasías no se vuelven realidad, y menos a mí. Pero está bien, todavía sueño despierta con que me lo cruzo en la calle una vez más antes de irme (y me voy en 5 horas) y si eso no sirve más que para hacer que mi imaginación vuele y de pronto me vea paseando con él por la ladera de la montaña y encontremos ese hotel en el que me alojé hace 13 años (a pesar de que no lo encontré en toda la semana), pues bien, no importa. Que sirva solo para eso y que ayude a enriquecer mi escritura, para poder así inventar una historia de la que me sienta orgullosa.
En fin, es mi último día y me alegro de poder llevarme conmigo estas experiencias, estos sueños y todas esas horas de paz junto al lago, caminando, en la montaña y en todas partes. La experiencia de haber estado sola y hacer todo por y para mi, de haber dedicado mi tiempo a mis necesidades me da una recompensa aún mayor a la que obtuve por las vacaciones en si: ahora se que mi próximo objetivo es mi independencia.
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lunes, 15 de junio de 2009
El viaje (parte 4)
Sábado – Recuento
¡Me tomé a pecho lo de no escribir más! Jajaja. En realidad escribí y leí bastante en estos días, pero no me puse a describir mi estancia en Villa Carlos Paz... ni sus alrededores. Así que ahora voy a contar sobre la otra excursión que hice ayer.
Excursión 2: La Cumbrecita
Salimos a las 8 de la matina, me pasaron a buscar y... no era mi guía de los sueños. Era un viejo con cara de boludo que resultó ser lo más aburrido que existe a la hora de interesar a la gente en el tour que están haciendo.
Empezó por hablar de las rutas que íbamos a recorrer. Si, si, leyeron bien: rutas. Primero la 45, luego la 5, después la 23, blablabla... Ya me dormía y todavía no había salido de Carlos Paz.
Debo aclarar que más allá del guía pedorro, la excursión en sí no me produjo ni por asomo la misma carga o cantidad de emociones que me dio la anterior. Hubo lugares muy lindos, momentos espectaculares, pero no fue lo mismo. Aunque si gasté tres veces más guita que la vez anterior... y eso que la comida fue barata... mmmm.....
En fin, paseamos por toooooooooooodo el cordón de las Sierras Chicas (ese era el nombre correcto, jeje) hacia el sur de la provincia. Primero paramos en Alta Gracia, pueblo donde vivió el Che Guevara en su niñez, por lo que una de sus casas es ahora un museo. También vimos la Iglesia del año del soto y el museo de Liniers (aunque no entramos). Recuerdo vagamente que el guía mencionó a varias personalidades que vivieron en ese pueblo, pero no se quienes eran.
Y de ahí hicimos el resto del viaje pasando por pueblos que se armaron en las sierras, unos más lindos, otros más históricos... No fue de gran interés para mi, como podrán notar en las fotos que saqué, ya que son todos paisajes y ninguna ciudad. Por alguna razón, la vida y obra humana me importa menos que la naturaleza.
Lo que si me gustó, y eso que fue creado por el hombre, fue el lago Los Molinos. Un lago artificial gigantesco, creado en las uniones de varias montañas que hacían una concavidad perfecta para eso. Hicieron un dique para evitar que el agua que se juntaba naturalmente ahí se desparramara y ahí quedó. Del otro lado del dique está todo seco a esta altura del año porque en invierno no llueve en Córdoba y todavía no empezó la etapa de lluvias, por lo cual pude ver la unión en zigzag de las montañas de al lado... buenísimo. Además, el camino para llegar al dique y al mirador, el mismo camino que bordea todo el lago, era una gran curva hecha de curvas más pequeñas, cerradas y constantes... Súper lindo para chocar contra una pared de piedra de la montaña si venís muy rápido, o que te tiren al lago si alguno hace una mala maniobra.
Finalmente, después de viajar por lo que parecieron días, llegamos a La Cumbrecita.
Pero no sin que antes casi nos chocaran... 2 veces. De todas maneras, es un lugar precioso, de ensueño casi, y donde, si no hubiera tanto turismo, definitivamente me gustaría vivir.
Ahí se me acabó la memoria de la cámara así que tuve que borrar un par de filmaciones tontas que había hecho en los primeros días del viaje para poder recuperar algo de espacio para fotos. Comí ahí, en una especie de cabaña en el medio de un bosque, y después fuimos a Villa General Belgrano: casa de la cerveza, el Oktoberfest, las colonias alemanas, suizas, y de por aquellos lados, y también de los nazis que se refugiaron ahí después de la guerra.
Una ciudad muy estricta en cuanto a normas de construcción (todo debe tener techo a dos aguas, de tejas y estilo cabaña) y propaganda (los carteles de todos los negocios, sin importar rubro o ubicación, deben ser de madera, tallados y pintados). Por supuesto, éstas regulaciones hacen que la ciudad tenga una identidad propia y bien definida, además de que queda todo muy lindo. No tomé cerveza porque no soy cervecera, pero además porque era carísima y ya había gastado lo suficiente por un día. Pero si paseé y disfruté sacando algunas fotos.
Llegué de vuelta al hotel a las 8 de la noche y estaba hecha pelota, pero la pasé bien y me alegro de haber hecho esas excursiones porque quién sabe si tendré la oportunidad de volver a ver esos lugares alguna vez.
¡Me tomé a pecho lo de no escribir más! Jajaja. En realidad escribí y leí bastante en estos días, pero no me puse a describir mi estancia en Villa Carlos Paz... ni sus alrededores. Así que ahora voy a contar sobre la otra excursión que hice ayer.
Excursión 2: La Cumbrecita
Salimos a las 8 de la matina, me pasaron a buscar y... no era mi guía de los sueños. Era un viejo con cara de boludo que resultó ser lo más aburrido que existe a la hora de interesar a la gente en el tour que están haciendo.
Empezó por hablar de las rutas que íbamos a recorrer. Si, si, leyeron bien: rutas. Primero la 45, luego la 5, después la 23, blablabla... Ya me dormía y todavía no había salido de Carlos Paz.
Debo aclarar que más allá del guía pedorro, la excursión en sí no me produjo ni por asomo la misma carga o cantidad de emociones que me dio la anterior. Hubo lugares muy lindos, momentos espectaculares, pero no fue lo mismo. Aunque si gasté tres veces más guita que la vez anterior... y eso que la comida fue barata... mmmm.....
En fin, paseamos por toooooooooooodo el cordón de las Sierras Chicas (ese era el nombre correcto, jeje) hacia el sur de la provincia. Primero paramos en Alta Gracia, pueblo donde vivió el Che Guevara en su niñez, por lo que una de sus casas es ahora un museo. También vimos la Iglesia del año del soto y el museo de Liniers (aunque no entramos). Recuerdo vagamente que el guía mencionó a varias personalidades que vivieron en ese pueblo, pero no se quienes eran.
Y de ahí hicimos el resto del viaje pasando por pueblos que se armaron en las sierras, unos más lindos, otros más históricos... No fue de gran interés para mi, como podrán notar en las fotos que saqué, ya que son todos paisajes y ninguna ciudad. Por alguna razón, la vida y obra humana me importa menos que la naturaleza.
Lo que si me gustó, y eso que fue creado por el hombre, fue el lago Los Molinos. Un lago artificial gigantesco, creado en las uniones de varias montañas que hacían una concavidad perfecta para eso. Hicieron un dique para evitar que el agua que se juntaba naturalmente ahí se desparramara y ahí quedó. Del otro lado del dique está todo seco a esta altura del año porque en invierno no llueve en Córdoba y todavía no empezó la etapa de lluvias, por lo cual pude ver la unión en zigzag de las montañas de al lado... buenísimo. Además, el camino para llegar al dique y al mirador, el mismo camino que bordea todo el lago, era una gran curva hecha de curvas más pequeñas, cerradas y constantes... Súper lindo para chocar contra una pared de piedra de la montaña si venís muy rápido, o que te tiren al lago si alguno hace una mala maniobra.
Finalmente, después de viajar por lo que parecieron días, llegamos a La Cumbrecita.
Pero no sin que antes casi nos chocaran... 2 veces. De todas maneras, es un lugar precioso, de ensueño casi, y donde, si no hubiera tanto turismo, definitivamente me gustaría vivir.
Ahí se me acabó la memoria de la cámara así que tuve que borrar un par de filmaciones tontas que había hecho en los primeros días del viaje para poder recuperar algo de espacio para fotos. Comí ahí, en una especie de cabaña en el medio de un bosque, y después fuimos a Villa General Belgrano: casa de la cerveza, el Oktoberfest, las colonias alemanas, suizas, y de por aquellos lados, y también de los nazis que se refugiaron ahí después de la guerra.
Una ciudad muy estricta en cuanto a normas de construcción (todo debe tener techo a dos aguas, de tejas y estilo cabaña) y propaganda (los carteles de todos los negocios, sin importar rubro o ubicación, deben ser de madera, tallados y pintados). Por supuesto, éstas regulaciones hacen que la ciudad tenga una identidad propia y bien definida, además de que queda todo muy lindo. No tomé cerveza porque no soy cervecera, pero además porque era carísima y ya había gastado lo suficiente por un día. Pero si paseé y disfruté sacando algunas fotos.
Llegué de vuelta al hotel a las 8 de la noche y estaba hecha pelota, pero la pasé bien y me alegro de haber hecho esas excursiones porque quién sabe si tendré la oportunidad de volver a ver esos lugares alguna vez.
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sábado, 13 de junio de 2009
El viaje (parte 3)
Miércoles – El Hotel
Me duele la mano de tanto escribir (ayer me venció el sueño y tuve que terminar hoy).
Es la 1 de la tarde, está nublado pero no feo. Me levanté hace un rato así que desayuné tarde. El hotel está bastante desierto ya que recién empieza la temporada y, como el personal de cocina no empieza hasta dentro de un par de semanas, los pocos huéspedes que estamos tenemos las instalaciones a nuestra disposición. Me preparé un café (esta vez me acordé de lavar la taza antes de usarla) y me vine a sentar al patio, a una de las mesas cerca de la pileta, pero el día no acompañó mi buen humor. Terminé de escribir lo que me faltaba de la excursión y ahora no se que hacer.
Me parece que voy a dejar la lapicera de lado, voy a agarrar las empanadas que tengo en la heladera, uno de los libros que me traje, preparar la mochila y me voy a ir a buscar una plaza o alguna parte con sombra en el lago (o riacho, lo que sea), y así pasar la tarde leyendo.
Por hoy ya escribí demasiado.
Me duele la mano de tanto escribir (ayer me venció el sueño y tuve que terminar hoy).
Es la 1 de la tarde, está nublado pero no feo. Me levanté hace un rato así que desayuné tarde. El hotel está bastante desierto ya que recién empieza la temporada y, como el personal de cocina no empieza hasta dentro de un par de semanas, los pocos huéspedes que estamos tenemos las instalaciones a nuestra disposición. Me preparé un café (esta vez me acordé de lavar la taza antes de usarla) y me vine a sentar al patio, a una de las mesas cerca de la pileta, pero el día no acompañó mi buen humor. Terminé de escribir lo que me faltaba de la excursión y ahora no se que hacer.
Me parece que voy a dejar la lapicera de lado, voy a agarrar las empanadas que tengo en la heladera, uno de los libros que me traje, preparar la mochila y me voy a ir a buscar una plaza o alguna parte con sombra en el lago (o riacho, lo que sea), y así pasar la tarde leyendo.
Por hoy ya escribí demasiado.
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jueves, 11 de junio de 2009
El viaje (parte 2)
Martes - Excursión a Los Túneles
6 am. Muuuuuucho sueño. Maldito despertador: te odio.
Me levanto y me preparo para estar todo el día junto a un contingente de PAMI que me acompañará en la excursión. Preparo mi café; me lo tomo aunque tenga una consistencia aceitosa, ya que no lavé la taza antes de usarla y vaya a saber que tenía; voy y vuelvo 20 veces a la habitación porque me olvidaba de algo...
A las 7 am me pasan a buscar: si no eran todos de PAMI, a algunos los sacaron de los Locos Adams. El único potable es el chofer, y sigue estando fuera de mi target: cuarentón (sino cincuentón, pero prefiero creer que no), simpatía al 100% (claro, es su trabajo), 1,85 mts -fácil-, flaco, pelo claro (rubio o canas? No lo quise mirar demasiado) con rulitos cortos (ok, lo miré, pero no me acuerdo el color de pelo exacto), y unos ojazos verdes agua que me hacían poner colorada cada vez que giraba la cabeza para mi lado... Ah, si, porque me tocó el asiento del acompañante. Para colmo, el acento cordobés… ayayayayay, madre santa! jajajajaja.
Ok, volviendo a la excursión, al principio aburrida, como todas, ya que teníamos que salir de Carlos Paz antes de empezar a ver algo. En cuanto el guía (Omar-Pancho... see, nada que ver, pero así es) empezó a hacer su trabajo, yo empecé a sacar fotos por la ventanilla.
No puedo explicar todo lo que vi porque sería imposible de poner en palabras (aunque, a juzgar por los videitos que hice, podría decir que la palabra que caracteriza a todo es: hermoso. A veces con un “sencillamente” adelante, otras con un “absolutamente”. De vez en cuando la cambiaba por espectacular o increíble, pero mayoritariamente todo era “hermoso”). Primero los caminos de montaña por las Sierras bajas, después el camino de por las Altas Cumbres... un sueño que supe era real por como se me tapaban y destapaban los oídos todo el tiempo: llegamos a estar a 2300 mts. de altura. Dejando atrás al sol, luego unas nubes de tormenta bien negras, haciendo una parada en la llovizna, pasando por una tormenta fugaz que vino con granizo y todo, para al final pasar unos minutos por adentro de una nube y dejarla a nuestros pies. Todo esto sin dejar de mencionar el paisaje que nos acompañó todo el tiempo y en el cual gasté la mitad de la memoria de la cámara en fotos; unos paisajes que me hicieron recordar a Escocia e Irlanda (por lo que he visto en la tele, claro) y darme cuenta de que no tenemos nada que envidiarles.
Seguimos viaje y dejamos atrás a las Altas Cumbres para llegar a la ciudad de Mina Clavero y pasarla de largo (viendo solo dos boludeces sin siquiera bajar de la camioneta) hasta llegar a Taninga, un pueblito fantasma que alguna vez fue el cruce de rutas más importante de la región hasta que se hizo uno mejor, claro. Ahí encargamos que nos preparen el almuerzo (chivito con ensalada, papas fritas y empanadas al “diente libre”) mientras nos íbamos a Los Túneles, la última parada.
No puedo decir realmente lo que fue estar ahí. Quizás haya sido la preparación psicológica del guía -haciéndonos cerrar los ojos y poniendo música suave-, pero lo único que sé es que al pasar el primer túnel sentí que estaba en una escena del Señor de los Anillos - a falta de una mejor referencia, aunque les juro que ni me acordé de la película en ese momento. Y al pasar por el segundo túnel... no miento al decirles que se me llenaron los ojos de lágrimas y tuve que aguantarme y mirar para otro lado para poder secarme la cara: eran las puertas del cielo.
¡¡Y el Cóndor!! Los Cóndores. Nos regalaron su presencia y volaron tan cerca de nosotros que podíamos ver lo grandes que son en realidad. Me gasté la mitad del tiempo de filmación allá arriba y tuve miedo de que se agotaran las pilas, pero aún así la cámara no podría captar jamás la hermosura de ese lugar.
Ya les dije, imposible de explicar. Solo les recomiendo hacer esa excursión si alguna vez están en Córdoba.
Al final -y a regañadientes- volvimos a Taninga a comer como cerdos y después de vuelta a Mina Clavero -pero esa vez paramos-, previa siesta en la camioneta mientras viajábamos. Aunque estuvimos poco tiempo en MC, tengo algunas fotos y filmación del paisaje del río.
Y de vuelta a la montaña. En 10 minutos estábamos arriba viendo todo chiquitito, pero viendo también como las nubes se agarraban a las montañas que teníamos a un costado. Montañas por las que después teníamos que pasar.
En el camino hacia allá vimos a los animales de piedra (el oso polar y el cocodrilo son los únicos que distinguí), hicimos una parada en lo de un artesano para comprar chucherías y después entramos a las nubes... Más de una hora viajando dentro de un limbo blanco en el que no se veía más allá de los 15 o 20 mts., con coches que aparecían en frente de la nada, y todo por el típico camino de curvas que es la montaña.
Hicimos una parada en el Museo del Cóndor (o algo así) y por las ventanas parecía que estábamos viendo paredes blancas. En el camino saqué la mano por la ventanilla para tocar las nubes y, a pesar del frío, deseé que pudiéramos parar a un costado y caminar un rato allí, en el cielo de la montaña. A pesar de todo, de mis labios surgió en ese momento el nombre de una película: Un paseo por las nubes.
Y después bajamos en altitud (duh!), dejamos a las nubes por encima nuestro, pasamos por un camino menos montañoso (las sierras bajas o chicas o que se yo) y volvimos a Villa Carlos Paz. Por alguna extraña razón me sentí mal al volver a la ciudad. Casi casi me deprimo. Pero la experiencia fue tan maravillosa que no podía hacerlo, así que llegué al hotel y me puse a escribir.
6 am. Muuuuuucho sueño. Maldito despertador: te odio.
Me levanto y me preparo para estar todo el día junto a un contingente de PAMI que me acompañará en la excursión. Preparo mi café; me lo tomo aunque tenga una consistencia aceitosa, ya que no lavé la taza antes de usarla y vaya a saber que tenía; voy y vuelvo 20 veces a la habitación porque me olvidaba de algo...
A las 7 am me pasan a buscar: si no eran todos de PAMI, a algunos los sacaron de los Locos Adams. El único potable es el chofer, y sigue estando fuera de mi target: cuarentón (sino cincuentón, pero prefiero creer que no), simpatía al 100% (claro, es su trabajo), 1,85 mts -fácil-, flaco, pelo claro (rubio o canas? No lo quise mirar demasiado) con rulitos cortos (ok, lo miré, pero no me acuerdo el color de pelo exacto), y unos ojazos verdes agua que me hacían poner colorada cada vez que giraba la cabeza para mi lado... Ah, si, porque me tocó el asiento del acompañante. Para colmo, el acento cordobés… ayayayayay, madre santa! jajajajaja.
Ok, volviendo a la excursión, al principio aburrida, como todas, ya que teníamos que salir de Carlos Paz antes de empezar a ver algo. En cuanto el guía (Omar-Pancho... see, nada que ver, pero así es) empezó a hacer su trabajo, yo empecé a sacar fotos por la ventanilla.
No puedo explicar todo lo que vi porque sería imposible de poner en palabras (aunque, a juzgar por los videitos que hice, podría decir que la palabra que caracteriza a todo es: hermoso. A veces con un “sencillamente” adelante, otras con un “absolutamente”. De vez en cuando la cambiaba por espectacular o increíble, pero mayoritariamente todo era “hermoso”). Primero los caminos de montaña por las Sierras bajas, después el camino de por las Altas Cumbres... un sueño que supe era real por como se me tapaban y destapaban los oídos todo el tiempo: llegamos a estar a 2300 mts. de altura. Dejando atrás al sol, luego unas nubes de tormenta bien negras, haciendo una parada en la llovizna, pasando por una tormenta fugaz que vino con granizo y todo, para al final pasar unos minutos por adentro de una nube y dejarla a nuestros pies. Todo esto sin dejar de mencionar el paisaje que nos acompañó todo el tiempo y en el cual gasté la mitad de la memoria de la cámara en fotos; unos paisajes que me hicieron recordar a Escocia e Irlanda (por lo que he visto en la tele, claro) y darme cuenta de que no tenemos nada que envidiarles.
Seguimos viaje y dejamos atrás a las Altas Cumbres para llegar a la ciudad de Mina Clavero y pasarla de largo (viendo solo dos boludeces sin siquiera bajar de la camioneta) hasta llegar a Taninga, un pueblito fantasma que alguna vez fue el cruce de rutas más importante de la región hasta que se hizo uno mejor, claro. Ahí encargamos que nos preparen el almuerzo (chivito con ensalada, papas fritas y empanadas al “diente libre”) mientras nos íbamos a Los Túneles, la última parada.
No puedo decir realmente lo que fue estar ahí. Quizás haya sido la preparación psicológica del guía -haciéndonos cerrar los ojos y poniendo música suave-, pero lo único que sé es que al pasar el primer túnel sentí que estaba en una escena del Señor de los Anillos - a falta de una mejor referencia, aunque les juro que ni me acordé de la película en ese momento. Y al pasar por el segundo túnel... no miento al decirles que se me llenaron los ojos de lágrimas y tuve que aguantarme y mirar para otro lado para poder secarme la cara: eran las puertas del cielo.
¡¡Y el Cóndor!! Los Cóndores. Nos regalaron su presencia y volaron tan cerca de nosotros que podíamos ver lo grandes que son en realidad. Me gasté la mitad del tiempo de filmación allá arriba y tuve miedo de que se agotaran las pilas, pero aún así la cámara no podría captar jamás la hermosura de ese lugar.
Ya les dije, imposible de explicar. Solo les recomiendo hacer esa excursión si alguna vez están en Córdoba.
Al final -y a regañadientes- volvimos a Taninga a comer como cerdos y después de vuelta a Mina Clavero -pero esa vez paramos-, previa siesta en la camioneta mientras viajábamos. Aunque estuvimos poco tiempo en MC, tengo algunas fotos y filmación del paisaje del río.
Y de vuelta a la montaña. En 10 minutos estábamos arriba viendo todo chiquitito, pero viendo también como las nubes se agarraban a las montañas que teníamos a un costado. Montañas por las que después teníamos que pasar.
En el camino hacia allá vimos a los animales de piedra (el oso polar y el cocodrilo son los únicos que distinguí), hicimos una parada en lo de un artesano para comprar chucherías y después entramos a las nubes... Más de una hora viajando dentro de un limbo blanco en el que no se veía más allá de los 15 o 20 mts., con coches que aparecían en frente de la nada, y todo por el típico camino de curvas que es la montaña.
Hicimos una parada en el Museo del Cóndor (o algo así) y por las ventanas parecía que estábamos viendo paredes blancas. En el camino saqué la mano por la ventanilla para tocar las nubes y, a pesar del frío, deseé que pudiéramos parar a un costado y caminar un rato allí, en el cielo de la montaña. A pesar de todo, de mis labios surgió en ese momento el nombre de una película: Un paseo por las nubes.
Y después bajamos en altitud (duh!), dejamos a las nubes por encima nuestro, pasamos por un camino menos montañoso (las sierras bajas o chicas o que se yo) y volvimos a Villa Carlos Paz. Por alguna extraña razón me sentí mal al volver a la ciudad. Casi casi me deprimo. Pero la experiencia fue tan maravillosa que no podía hacerlo, así que llegué al hotel y me puse a escribir.
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martes, 9 de junio de 2009
El viaje (parte 1)
Lunes - Villa Carlos Paz, Córdoba.
Ayer llegué y me la pasé durmiendo. Salí recién como a las 19 hs. y fui a pasear por el centro… A excepción del cine, no encontré nada que me haga querer volver por esos lados. Hoy quiero ir a conocer el reloj Cucú y sus alrededores, quizás pase por algún balneario... pero de lo que más tengo ganas es de ir a la montaña. Cualquier montaña. Solo ir, encontrar una linda panorámica desde debajo de un árbol y sentarme a leer o escribir... o ambas.
¡¡Pero hace un calor!! Mamita, no me moví más de 10 pasos y ya estaba sudando. Hay nubes y está pesado, así que lo de la montaña no se si podrá ser: por más que la encuentre, si llueve no me puedo quedar por la cámara.
14:50 hs.
Estoy sentada en un restaurante muy lindo esperando mi comida. Salí del hotel en busca del reloj cucú y lo encontré, pero seguí de largo, paseando sin mirar el mapa y guiándome únicamente por la montaña que tenía enfrente y a la que casi llego, pero me desvié un segundo para encontrar donde comer. Fue entonces que llegué nuevamente a la avenida principal y reconocí el lugar... y eso que cuando salí fui para el otro lado...
Llegó el matambre a la “Cariló” con papas al horno. Es matambre cocido al horno con salsa de verdeo arriba, acompañado por las papas a un lado y un puñado de arroz y otro de arvejas al otro lado. Se ve muy bien, es súper tierno... y súper salado!!! Madre santa, si son hipertensos NO COMAN ACA! (eso debería decir en la puerta).
(Igual me lo comí todo).
16:20 hs.
Me fui del restaurante y caminé.
Retomé el curso hacia la montaña (a la que debería llamar sierra o cerro, porque montaña se que no es) y caminé sin cesar a paso tranquilo por las calles alomadas hasta que di con ella. Había una calle que la bordeaba y otra, que más que calle era un camino de tierra, que se adentraba en ella. Comencé a subir por ese camino, bastante empinado por cierto, hasta que se terminó y empezó un sendero para hacer a pie (suerte que no vine en coche, no?). Subí hasta donde un cartel me prohibía el paso y busqué donde sentarme a escribir, pero no encontré ningún buen sitio. El corazón me martillaba por el esfuerzo, tenía mucho calor, las curitas no soportaron el viaje así que mis pies ya hacía rato que se quejaban y, para colmo, no me llevé agua. Si, ya se, estúpido... Y bueno, esa es mi manera de acercarme a la naturaleza.
Ahora estoy sentada afuera de un maxikiosco vaciándome una botella de agua, guardando más provisiones de curitas (las últimas las agoté en la montaña/sierra/cerro/loma de burro o lo que sea) y pensando qué más puedo hacer... después de un baño y una siesta, obvio.
Ayer llegué y me la pasé durmiendo. Salí recién como a las 19 hs. y fui a pasear por el centro… A excepción del cine, no encontré nada que me haga querer volver por esos lados. Hoy quiero ir a conocer el reloj Cucú y sus alrededores, quizás pase por algún balneario... pero de lo que más tengo ganas es de ir a la montaña. Cualquier montaña. Solo ir, encontrar una linda panorámica desde debajo de un árbol y sentarme a leer o escribir... o ambas.
¡¡Pero hace un calor!! Mamita, no me moví más de 10 pasos y ya estaba sudando. Hay nubes y está pesado, así que lo de la montaña no se si podrá ser: por más que la encuentre, si llueve no me puedo quedar por la cámara.
14:50 hs.
Estoy sentada en un restaurante muy lindo esperando mi comida. Salí del hotel en busca del reloj cucú y lo encontré, pero seguí de largo, paseando sin mirar el mapa y guiándome únicamente por la montaña que tenía enfrente y a la que casi llego, pero me desvié un segundo para encontrar donde comer. Fue entonces que llegué nuevamente a la avenida principal y reconocí el lugar... y eso que cuando salí fui para el otro lado...
Llegó el matambre a la “Cariló” con papas al horno. Es matambre cocido al horno con salsa de verdeo arriba, acompañado por las papas a un lado y un puñado de arroz y otro de arvejas al otro lado. Se ve muy bien, es súper tierno... y súper salado!!! Madre santa, si son hipertensos NO COMAN ACA! (eso debería decir en la puerta).
(Igual me lo comí todo).
16:20 hs.
Me fui del restaurante y caminé.
Retomé el curso hacia la montaña (a la que debería llamar sierra o cerro, porque montaña se que no es) y caminé sin cesar a paso tranquilo por las calles alomadas hasta que di con ella. Había una calle que la bordeaba y otra, que más que calle era un camino de tierra, que se adentraba en ella. Comencé a subir por ese camino, bastante empinado por cierto, hasta que se terminó y empezó un sendero para hacer a pie (suerte que no vine en coche, no?). Subí hasta donde un cartel me prohibía el paso y busqué donde sentarme a escribir, pero no encontré ningún buen sitio. El corazón me martillaba por el esfuerzo, tenía mucho calor, las curitas no soportaron el viaje así que mis pies ya hacía rato que se quejaban y, para colmo, no me llevé agua. Si, ya se, estúpido... Y bueno, esa es mi manera de acercarme a la naturaleza.
Ahora estoy sentada afuera de un maxikiosco vaciándome una botella de agua, guardando más provisiones de curitas (las últimas las agoté en la montaña/sierra/cerro/loma de burro o lo que sea) y pensando qué más puedo hacer... después de un baño y una siesta, obvio.
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martes, 2 de junio de 2009
El nacimiento
Abrió los ojos y lo vio todo con claridad por primera vez. Era su nacimiento, su comienzo, su posibilidad de empezar de cero. Ya no era ella, ya no se sentía como ella, esta vez era alguien más quien ocupaba su cuerpo, su mente... y su corazón.
Ya no estaba expuesta ni entumecida, ya no estaba dormida pero tampoco en completa alerta. Ahora estaba... bien. Simplemente bien.
Sabía que habría nuevas heridas, habría mentiras y decisiones difíciles, se encontraría con caminos cerrados, opciones múltiples con mucho más para perder que ganar, y aún así estaba lista. Estaba dispuesta, que era lo más importante. Estaba dispuesta a sufrir para ser feliz, pero siempre con lo último en mente para que el sufrimiento fuera mínimo. Si no perdía de vista su objetivo nada podría pararla. Nada se interpondría en su camino de ahora en adelante.
Entonces, mientras miraba a su alrededor, el tiempo fue pasando y comenzó a caminar, encontrando las primeras piedras del camino. Un par de veces se tropezó a pesar de haberlas visto, pero se levantó enseguida, sin perder el valor. Caminó y caminó sin mirar atrás y obtuvo algunos raspones, algunas frustraciones cuando no podía desengancharse de los alambres de púa que se le aparecían en frente sin previo aviso.
Lloró, como no lloraba hacía mucho tiempo, cuando se sintió momentáneamente perdida, pero no lo interpretó como algo malo ya que su llanto fue mas bien una necesidad corporal de limpiar residuos de su vieja yo que aún querían molestarla desde el interior. Y una vez que se hubo agotado el llanto y logró volver a pensar claramente, se percató de que el camino a seguir era el que había tenido adelante todo el tiempo. Solo dudó en seguirlo porque las mismas piedras que a veces la molestaban, esas piedras que a veces cobraban otras formas y le hablaban, también le susurraban por donde ir: se estaba dejando guiar por el impacto que ejercía en ella todo lo que la rodeaba. Seres vivos y no tanto, personas, piedras y fantasmas, todos querían ser parte del viaje y al aceptarlos les abrió la puerta a un lugar incluso desconocido para ella misma. Y por eso resurgieron las dudas, los miedos, las confusiones momentáneamente, porque había otras fuerzas ejerciendo presión sobre su destino.
Pero ahora ella sabía que su mejor guía era su propio instinto, nuevo, brillante, y que tenía por único objetivo el llevarla a buen puerto, el hacerla feliz. Ya no tenía miedo porque, sin importar cuantas piedras, alambres de púa y arañas venenosas sabía que iba a encontrar en su camino, su instinto de supervivencia era más fuerte, su deseo de salir adelante no la iba a abandonar. Y si en algún momento encontraba a alguien con quien compartir su camino, le daría la bienvenida, pero por el momento aquellas personas que caminaban a su lado -medio en sombras, medio transparentes- eran buenas para matar el tiempo, aunque ella no seguiría a ninguna. Haría su propio rumbo y si tenía que dejarlos atrás, como a las rocas que ya había dejado porque sabía que ellos también podían convertirse en rocas, lo haría con total seguridad. No sería fácil, dolería seguramente, pero lo haría en un abrir y cerrar de ojos.
Este era su nuevo comienzo, lo era desde hacía un tiempo y lo seguiría siendo hasta que sintiese que había encontrado un puerto en el que descansar. Y entonces comenzaría una nueva aventura.
Ya no estaba expuesta ni entumecida, ya no estaba dormida pero tampoco en completa alerta. Ahora estaba... bien. Simplemente bien.
Sabía que habría nuevas heridas, habría mentiras y decisiones difíciles, se encontraría con caminos cerrados, opciones múltiples con mucho más para perder que ganar, y aún así estaba lista. Estaba dispuesta, que era lo más importante. Estaba dispuesta a sufrir para ser feliz, pero siempre con lo último en mente para que el sufrimiento fuera mínimo. Si no perdía de vista su objetivo nada podría pararla. Nada se interpondría en su camino de ahora en adelante.
Entonces, mientras miraba a su alrededor, el tiempo fue pasando y comenzó a caminar, encontrando las primeras piedras del camino. Un par de veces se tropezó a pesar de haberlas visto, pero se levantó enseguida, sin perder el valor. Caminó y caminó sin mirar atrás y obtuvo algunos raspones, algunas frustraciones cuando no podía desengancharse de los alambres de púa que se le aparecían en frente sin previo aviso.
Lloró, como no lloraba hacía mucho tiempo, cuando se sintió momentáneamente perdida, pero no lo interpretó como algo malo ya que su llanto fue mas bien una necesidad corporal de limpiar residuos de su vieja yo que aún querían molestarla desde el interior. Y una vez que se hubo agotado el llanto y logró volver a pensar claramente, se percató de que el camino a seguir era el que había tenido adelante todo el tiempo. Solo dudó en seguirlo porque las mismas piedras que a veces la molestaban, esas piedras que a veces cobraban otras formas y le hablaban, también le susurraban por donde ir: se estaba dejando guiar por el impacto que ejercía en ella todo lo que la rodeaba. Seres vivos y no tanto, personas, piedras y fantasmas, todos querían ser parte del viaje y al aceptarlos les abrió la puerta a un lugar incluso desconocido para ella misma. Y por eso resurgieron las dudas, los miedos, las confusiones momentáneamente, porque había otras fuerzas ejerciendo presión sobre su destino.
Pero ahora ella sabía que su mejor guía era su propio instinto, nuevo, brillante, y que tenía por único objetivo el llevarla a buen puerto, el hacerla feliz. Ya no tenía miedo porque, sin importar cuantas piedras, alambres de púa y arañas venenosas sabía que iba a encontrar en su camino, su instinto de supervivencia era más fuerte, su deseo de salir adelante no la iba a abandonar. Y si en algún momento encontraba a alguien con quien compartir su camino, le daría la bienvenida, pero por el momento aquellas personas que caminaban a su lado -medio en sombras, medio transparentes- eran buenas para matar el tiempo, aunque ella no seguiría a ninguna. Haría su propio rumbo y si tenía que dejarlos atrás, como a las rocas que ya había dejado porque sabía que ellos también podían convertirse en rocas, lo haría con total seguridad. No sería fácil, dolería seguramente, pero lo haría en un abrir y cerrar de ojos.
Este era su nuevo comienzo, lo era desde hacía un tiempo y lo seguiría siendo hasta que sintiese que había encontrado un puerto en el que descansar. Y entonces comenzaría una nueva aventura.
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domingo, 10 de mayo de 2009
Something was wrong...
Something felt wrong inside; she didn't knew what it was but she could feel it and that scared her. There was a place in her brain where the warning bells came to life and she had learn to listen to that place because it was usualy right. Whenever she heard the alarm she knew something bad was going to happen. Well, she heard them now, allright.
The real problem was to figure out what it was that was wrong. No matter how much warning she could have, it was never something she could imagine, something she could have prevented. And this time was no exception, so she began to get scared the second she came into the house.
Maybe there was a thief? someone lurking in the dark, waiting for her to come home and attack her... She turn on the lights and everything seemed to be fine. She peer out the windows, below her bed, inside the closet... Everything fine.
Then she got sight of the phone and she though about messages. Maybe someone call to give her bad news? Someone could have died... She checked her phone: no messages. Then she went straight to the computer, maybe she got an email or something... Nothing. Well, nothing bad that is. A bunch of spam, an email from a friend inviting her to a party that night, another one form work and that's it.
She was starting to fell like a fool, maybe she had imagine it all and nothing was going to happen. But she still had that warning bell ringing in her mind. Something was off and she couldn't figure out what it was.
And then it happen, she started to feel it comming. The urge itself was something unespected, but the ferocity with wich it hit her was what she knew couldn't be normal. She started to turn slowly, not wanting to make a mess of herself, but at the same time she knew she had to hurry up or all hell would break loose. Her eyes found the door as her brain told her it was only a few steps away and her stomach screamed, at the same time, that she was not going to make it. And then she ran...
She reach the bathroom just in time to push the door open and launch herself to the lavatory... thank God it was right ahead, because no way she could've turn to a side to find it or something. And then she puked her guts out.
The brownie; that's what was worng. She knew she shouldn't have bough it on that street post downtown. Even if it looked so good, especially if it looked that good on a place with no refrigerator or any sanitary regulations fullfield. She knew it and she bough it anyway. And then she ate it.
She was sooo no going to that party tonight.
The real problem was to figure out what it was that was wrong. No matter how much warning she could have, it was never something she could imagine, something she could have prevented. And this time was no exception, so she began to get scared the second she came into the house.
Maybe there was a thief? someone lurking in the dark, waiting for her to come home and attack her... She turn on the lights and everything seemed to be fine. She peer out the windows, below her bed, inside the closet... Everything fine.
Then she got sight of the phone and she though about messages. Maybe someone call to give her bad news? Someone could have died... She checked her phone: no messages. Then she went straight to the computer, maybe she got an email or something... Nothing. Well, nothing bad that is. A bunch of spam, an email from a friend inviting her to a party that night, another one form work and that's it.
She was starting to fell like a fool, maybe she had imagine it all and nothing was going to happen. But she still had that warning bell ringing in her mind. Something was off and she couldn't figure out what it was.
And then it happen, she started to feel it comming. The urge itself was something unespected, but the ferocity with wich it hit her was what she knew couldn't be normal. She started to turn slowly, not wanting to make a mess of herself, but at the same time she knew she had to hurry up or all hell would break loose. Her eyes found the door as her brain told her it was only a few steps away and her stomach screamed, at the same time, that she was not going to make it. And then she ran...
She reach the bathroom just in time to push the door open and launch herself to the lavatory... thank God it was right ahead, because no way she could've turn to a side to find it or something. And then she puked her guts out.
The brownie; that's what was worng. She knew she shouldn't have bough it on that street post downtown. Even if it looked so good, especially if it looked that good on a place with no refrigerator or any sanitary regulations fullfield. She knew it and she bough it anyway. And then she ate it.
She was sooo no going to that party tonight.
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lunes, 16 de marzo de 2009
Noches Salvajes
Era sábado por la noche y ella se dirigía a una "fiesta" en casa de desconocidos, llevada por una amiga insistente. Tan insistente que parecía que le quería presentar al dueño de casa y oficiar de Cupido. Como a ella no le hacía mucha ilusión esa idea, acepto ir sólo si otra amiga más las acompañaba.
Así fue como se encontró de pronto, a las 10 de la noche y cargada de bebidas alcohólicas, entrando en un departamento de dimensiones diminutas, sin ventilador, con solo un balcón del octavo piso en donde refrescarse... Grave problema considerando su aversión a las alturas.
Además, la "fiesta" en cuestión resultó no ser más que una pequeña reunión de 10 personas (claro, considerando el tamaño de la residencia, una persona más y había que ir a comer al baño). La falta de gente no fue un gran problema ya que a ella siempre le habían gustado más los grupos pequeños, y las reuniones de este estilo eran su punto fuerte. Pero, igualmente, cuando solo conoces a dos personas, cualquier reunión es un reto.
-*-*-*-*-
Emma la estaba pasando bien. En realidad, muy bien. Estaba con sus amigas Vicky y Andrea en una reunión donde no conocía a nadie más, pero que resultó ser una de las noches más divertidas que hacía mucho tiempo no tenía. Era una casa desconocida, llena de gente desconocida y divertida. Y entre ellos estaba Elvio.
Emma notó casi enseguida que Elías tenía una personalidad muy parecida a la de ella: era extrovertido, gritón, ruidoso, disfrutaba de la risa... Y hasta descubrió que era mal perdedor, todo en un lapso de 2 o 3 horas.
A medida que iba avanzando la noche, Emma se percató de que el poco alcohol que había ingerido se le estaba subiendo a la cabeza, lo que implicaba visitas al balcón para tomar aire con mayor frecuencia de la que hubiera deseado. Para ser una chica de veintitantos años, tenía una muy pobre cultura alcohólica.
En una de esas salidas al balcón, que hizo junto a Andrea, se estaba ventilando y soplando dentro de la ropa para mitigar el calor cuando su amiga comenzó a reírse de sus gestos. La risa fue tan contagiosa que pronto acabaron las dos dando un concierto de carcajadas a los gritos y doblándose por el estómago por no poder respirar, lo cual atrajo la atención de los otros miembros de la fiesta.
-¿Qué pasó? -preguntó Juan.
-Na...nada, jajajaja, la...la so...la sopladita, jajajajajajajaja!! -respondió Andrea sin parar de reírse.
Emma casi comienza a llorar de la risa en ese momento, pero se había juntado más gente en el balcón y empezaba a darle miedo que se cayera, así que entró en el apartamento aún doblándose por el medio.
-Ajajajajaja, ¿la... la qué? jajajaja.
-¡La sopladita! jajajajajajaj -repitió Andrea.
-¿La sopladita? -preguntó de pronto Elvio-. ¿Cómo es eso de “la sopladita”? -dijo ahora mirando directamente a Emma.
Ella se controló, de pronto consciente de cuanta atención había levantado.
-Nada, jaja, una tontería, eso es todo, jaja.
Pero para Elvio eso no fue suficiente. Durante el resto de la noche persiguió a Emma para que le contara de que se estaban riendo ella y Andrea, y no quiso parar hasta que se lo dijeran.
-¿Vas a decirme qué era lo de “la sopladita”? -preguntó en un momento en que la encontró sola sentada en el balcón fumando un cigarrillo.
-No... jajajajajaja.
-Daleeeeee...
-Jajajaja, ya te dije que es una tontería, no es lo que piensas, no es nada! jajajaja.
-No importa, yo quiero saber.
-Pero yo no te quiero decir porque me da vergüenza.
-Vamos, si yo ya te dije que conmigo no tienes por qué avergonzarte.
"Recién te conozco, así que aún puedo pasar vergüenza por muchas cosas", pensó ella.
-Uh-uh, no me vas a convencer.
-¿Por qué no? -preguntó él mientras levantaba una mano y le acariciaba el pelo.
Emma sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo y le apartó la mano. -Será mejor que no hagas eso.
-¿Qué cosa? ¿Esto? -y volvió a acariciarle el pelo desde la nuca.
-Si... -dijo Emma y la voz le sonó un poco ronca-, no lo hagas.
-¿Por? -preguntó Elías con una sonrisita de triunfo en el rostro y la mano ya levantada una vez más.
Emma le agarro la mano a medio camino y lo apartó.
-Porque si -dijo ella seria-. Si no quieres terminar mal, mejor no me toques el pelo.
-¿Tanto te molestó?
Ella pensó que si le molestaría si estuviera recién lavado y peinado, después de todo el trabajo que ponía en sus rulos para que estuvieran medianamente manejables. Pero esa no era la razón. Al menos no en ese momento.
Cuando la mano de Elvio le había acariciado el pelo, no fue preocupación por su peinado lo que sintió, si no más bien una excitación sexual muy fuerte. Emma ya sabía que su pelo era uno de sus "puntos claves" a la hora del sexo, pero nunca imaginó que un leve toque de alguien a quien no conocía la hiciera despertarse de esa manera.
Hasta entonces, todos los hombres de su vida -y no eran muchos- habían jugado un papel particular, habían sido conocidos para ella una vez que llegaban al punto sexual. Es decir, nunca se había acostado con nadie con quien no hubiera tenido al menos unas cuantas citas. De hecho, excepto uno, todos los demás habían sido amigos antes de convertirse en amantes, lo que les permitía saber ciertas cosas sobre los gustos sexuales del otro antes de llegar a la acción.
Pero ahora, estar con alguien que no tenía forma de saber lo que a ella le gustaba y aún así lograba excitarla, hacía que se sintiera confusa, sin saber como reaccionar. Era como si una alarma sexual se hubiera despertado en su interior y reclamaba su atención. Además, hacía meses que estaba sola y la última vez había sido un desastre.
De pronto recordó que Elvio estaba esperando una respuesta y se apresuró a decir algo... lo que implicó que dijera más de lo que hubiera deseado.
-No es tanto lo que me molesta como la reacción que me provoca.
El rostro de Elvio se iluminó de tal manera que ella se quiso morir de la vergüenza y se apresuró a aclarar:
-Así que si no quieres terminar mal, mejor no lo hagas.
Pero el daño estaba hecho y mientras ella miraba hacia el otro lado, olvidando por un segundo que estaba en un octavo piso y que mirar hacia el vacío iba a provocarle un mareo, Elvio enredó sus dedos en la nuca de ella y comenzó a acariciarla allí mientras decía:
-Yo creo que lo tuyo es mucho ruido y pocas nueces.
Entonces, la naturaleza combativa de Emma se despertó de pronto y, dejando de lado sus anteriores reservas, lo tomó por el cuello de la camisa y dijo:
-¿Estás seguro?
Y sin darle tiempo a responder, lo acercó de golpe y lo besó.
Así fue como se encontró de pronto, a las 10 de la noche y cargada de bebidas alcohólicas, entrando en un departamento de dimensiones diminutas, sin ventilador, con solo un balcón del octavo piso en donde refrescarse... Grave problema considerando su aversión a las alturas.
Además, la "fiesta" en cuestión resultó no ser más que una pequeña reunión de 10 personas (claro, considerando el tamaño de la residencia, una persona más y había que ir a comer al baño). La falta de gente no fue un gran problema ya que a ella siempre le habían gustado más los grupos pequeños, y las reuniones de este estilo eran su punto fuerte. Pero, igualmente, cuando solo conoces a dos personas, cualquier reunión es un reto.
-*-*-*-*-
Emma la estaba pasando bien. En realidad, muy bien. Estaba con sus amigas Vicky y Andrea en una reunión donde no conocía a nadie más, pero que resultó ser una de las noches más divertidas que hacía mucho tiempo no tenía. Era una casa desconocida, llena de gente desconocida y divertida. Y entre ellos estaba Elvio.
Emma notó casi enseguida que Elías tenía una personalidad muy parecida a la de ella: era extrovertido, gritón, ruidoso, disfrutaba de la risa... Y hasta descubrió que era mal perdedor, todo en un lapso de 2 o 3 horas.
A medida que iba avanzando la noche, Emma se percató de que el poco alcohol que había ingerido se le estaba subiendo a la cabeza, lo que implicaba visitas al balcón para tomar aire con mayor frecuencia de la que hubiera deseado. Para ser una chica de veintitantos años, tenía una muy pobre cultura alcohólica.
En una de esas salidas al balcón, que hizo junto a Andrea, se estaba ventilando y soplando dentro de la ropa para mitigar el calor cuando su amiga comenzó a reírse de sus gestos. La risa fue tan contagiosa que pronto acabaron las dos dando un concierto de carcajadas a los gritos y doblándose por el estómago por no poder respirar, lo cual atrajo la atención de los otros miembros de la fiesta.
-¿Qué pasó? -preguntó Juan.
-Na...nada, jajajaja, la...la so...la sopladita, jajajajajajajaja!! -respondió Andrea sin parar de reírse.
Emma casi comienza a llorar de la risa en ese momento, pero se había juntado más gente en el balcón y empezaba a darle miedo que se cayera, así que entró en el apartamento aún doblándose por el medio.
-Ajajajajaja, ¿la... la qué? jajajaja.
-¡La sopladita! jajajajajajaj -repitió Andrea.
-¿La sopladita? -preguntó de pronto Elvio-. ¿Cómo es eso de “la sopladita”? -dijo ahora mirando directamente a Emma.
Ella se controló, de pronto consciente de cuanta atención había levantado.
-Nada, jaja, una tontería, eso es todo, jaja.
Pero para Elvio eso no fue suficiente. Durante el resto de la noche persiguió a Emma para que le contara de que se estaban riendo ella y Andrea, y no quiso parar hasta que se lo dijeran.
-¿Vas a decirme qué era lo de “la sopladita”? -preguntó en un momento en que la encontró sola sentada en el balcón fumando un cigarrillo.
-No... jajajajajaja.
-Daleeeeee...
-Jajajaja, ya te dije que es una tontería, no es lo que piensas, no es nada! jajajaja.
-No importa, yo quiero saber.
-Pero yo no te quiero decir porque me da vergüenza.
-Vamos, si yo ya te dije que conmigo no tienes por qué avergonzarte.
"Recién te conozco, así que aún puedo pasar vergüenza por muchas cosas", pensó ella.
-Uh-uh, no me vas a convencer.
-¿Por qué no? -preguntó él mientras levantaba una mano y le acariciaba el pelo.
Emma sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo y le apartó la mano. -Será mejor que no hagas eso.
-¿Qué cosa? ¿Esto? -y volvió a acariciarle el pelo desde la nuca.
-Si... -dijo Emma y la voz le sonó un poco ronca-, no lo hagas.
-¿Por? -preguntó Elías con una sonrisita de triunfo en el rostro y la mano ya levantada una vez más.
Emma le agarro la mano a medio camino y lo apartó.
-Porque si -dijo ella seria-. Si no quieres terminar mal, mejor no me toques el pelo.
-¿Tanto te molestó?
Ella pensó que si le molestaría si estuviera recién lavado y peinado, después de todo el trabajo que ponía en sus rulos para que estuvieran medianamente manejables. Pero esa no era la razón. Al menos no en ese momento.
Cuando la mano de Elvio le había acariciado el pelo, no fue preocupación por su peinado lo que sintió, si no más bien una excitación sexual muy fuerte. Emma ya sabía que su pelo era uno de sus "puntos claves" a la hora del sexo, pero nunca imaginó que un leve toque de alguien a quien no conocía la hiciera despertarse de esa manera.
Hasta entonces, todos los hombres de su vida -y no eran muchos- habían jugado un papel particular, habían sido conocidos para ella una vez que llegaban al punto sexual. Es decir, nunca se había acostado con nadie con quien no hubiera tenido al menos unas cuantas citas. De hecho, excepto uno, todos los demás habían sido amigos antes de convertirse en amantes, lo que les permitía saber ciertas cosas sobre los gustos sexuales del otro antes de llegar a la acción.
Pero ahora, estar con alguien que no tenía forma de saber lo que a ella le gustaba y aún así lograba excitarla, hacía que se sintiera confusa, sin saber como reaccionar. Era como si una alarma sexual se hubiera despertado en su interior y reclamaba su atención. Además, hacía meses que estaba sola y la última vez había sido un desastre.
De pronto recordó que Elvio estaba esperando una respuesta y se apresuró a decir algo... lo que implicó que dijera más de lo que hubiera deseado.
-No es tanto lo que me molesta como la reacción que me provoca.
El rostro de Elvio se iluminó de tal manera que ella se quiso morir de la vergüenza y se apresuró a aclarar:
-Así que si no quieres terminar mal, mejor no lo hagas.
Pero el daño estaba hecho y mientras ella miraba hacia el otro lado, olvidando por un segundo que estaba en un octavo piso y que mirar hacia el vacío iba a provocarle un mareo, Elvio enredó sus dedos en la nuca de ella y comenzó a acariciarla allí mientras decía:
-Yo creo que lo tuyo es mucho ruido y pocas nueces.
Entonces, la naturaleza combativa de Emma se despertó de pronto y, dejando de lado sus anteriores reservas, lo tomó por el cuello de la camisa y dijo:
-¿Estás seguro?
Y sin darle tiempo a responder, lo acercó de golpe y lo besó.
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