jueves, 12 de junio de 2014

Hola!!! Volví!!!

Hola amigos!! perdón por estar tan desaparecida pero es que no tenía inspiración para escribir. Y, también, existe una pequeña cosa llamada Facebook que me resulta un tanto adictiva, así que muchas cosas que podría haber escrito aquí, tan solo las publiqué en Fb y ya jeje :S
Pero hoy me atacó algo, no se bien qué es. Melancolía? Pero, de qué? La cuestión es que siento la necesidad de escribir y no en donde mucha gente que no me conoce realmente pueda leer todo y comentar sin tener ni idea de lo que me está pasado. A ver, acá también hay muchas personas que no me conocen, pero el ámbito es distinto... que se yo.

Supongo que lo que me anda pasando es porque hace poco "descubrí" ciertas cosas de mi pasado. Nada grave, pero para mi fue todo un descubrimiento el recordar ciertas cosas de mi infancia y darme cuenta de la importancia que tuvieron para mi, aún sin darme cuenta en ese momento. Cosas, comentarios, situaciones que me empujaron hacia el camino que luego yo elegiría para basar mi vida, el camino que luego estaría siempre plagado de auto-odio y reproches para conmigo misma. Ese camino del que tanto quiero salir y nunca supe cómo. Ahora podría decirse que se cómo "entré" en él, pero no es como si pudiera culpar a nadie por ello... las cosas que me dijeron o me hicieron sentir, no fueron hechas con la intención de lastimarme o, no creyendo que sería a largo plazo. Básicamente, uno de chico dice muchas cosas y hace muchas cosas sin tener consciencia de cuanto puede estar lastimando a la otra persona... y resulta que a partir de ahí yo empecé a sentirme "menos": menos "buena", menos "correcta", menos "necesaria". Por lo que mi vida se convirtió en un incesante intento por complacer a los demás, por ser mejor ante sus ojos, por ser lo que otros quisieran que fuera, por ser necesitada y sentirme útil... Me esforcé en no ser yo, porque "yo" no servía para nada.
Pero una parte de mi siempre se rebeló contra eso porque, obviamente, me estaba forzando a ser alguien que no era, así que busqué una salida... y la encontré en la comida. Ser gorda era una escapatoria a la vez que un castigo: por un lado al comer me rebelaba contra lo impuesto, porque no podía ser todo lo que quisieran de mi siendo gorda (nadie que te quiere desea que seas gorda); pero es muy loco porque también era una manera de castigarme, de recordarme que jamás podré ser todo lo que ellos querían que fuera, que siempre me iba a faltar algo y nunca estarían conformes conmigo. Ni yo lo entiendo, quiero complacer a todo el mundo, pero no del todo. Quiero que todo el mundo me quiera, pero me odio a mi misma y me escondo en la gordura como escudo, como si ese fuera mi verdadero problema... pero no lo es. En realidad, todavía no logro entender qué es mi gordura para mi, más allá de que siempre fue un problema y otra razón por la que nunca lograría ser la chica perfecta que me esforzaba en ser.
Y hoy soy esta persona que, sinceramente, no se quién es. O sí se: soy la que soy hoy y nada más, lo que no se es quién podría haber sido si hubiera seguido mis propios instintos. Entonces llego al punto en que no se cómo seguir. ¿Qué se supone que debo hacer ahora con este descubrimiento? La respuesta obvia y lógica es: ahora es mi turno de decidir qué y quién quiero ser, por mi y para mi y nadie más. Y hacerlo. Convertirme en ella. A prueba y error. Es como ir a un restaurante y pedir una comida que jamás se te cruzó por la cabeza probar y, si te gusta, ¡genial! Y si no te gusta ¡también es genial! Tan solo tenés que tacharlo de tu lista.
En teoría, la idea es excelente. En la práctica es muchísimo más difícil. No tengo idea de quién puedo ser, solo conozco quien soy y probar cosas nuevas es increíblemente más complicado de lo que parece. En especial cuando una de las características que son parte del "yo" ya creado es que sos una mina que se esconde, sos de no aventurarte nunca, porque lo conocido es simplemente bueno y seguro y estable y...
Y no se trata solo del miedo que me da arriesgarme, sino de que necesito romper los moldes de mi cerebro, necesito aprender una lengua nueva para poder explicarle a mi cabeza que la persona que soy puede ser alguien más, quizás no totalmente diferente, quizás solo un poquito... o quizás un montón, quizás puedo ser tan diferente que no me reconocería nadie, ni yo misma. No importa quien, lo que importa es intentarlo, buscar la manera de conocerme, pero mi sistema rechaza los cambios, es como si no entendiera nada de lo que quiero pedirle.
Mi doc me dio un ejercicio: debo mirarme al espejo durante 10 minutos y anotar todo lo que vea. Pero la idea es que yo sea capaz de realmente verme. Ahora, cuando me pongo frente al espejo veo los mismos complejos de siempre con mi cuerpo y no logro ahondar mucho más allá. Trato de enumerar mis logros, las cosas de las que me puedo sentir orgullosa, pero enseguida me escapo de esos pensamientos (otro de los síntomas de mi "yo" actual: no alabarme nunca, nada de lo que haga, por bueno que sea, importa) y mi mirada se escapa del espejo... es como si verme estuviera prohibido, como si fuera... no se. Cuando intento verme, realmente verme, no veo nada. Y me escapo antes de poder analizarlo.

Cuando empecé a escribir esto no tenía mucha idea de a donde iba a ir a parar este post. Tengo la canción de Frozen pegada en la cabeza desde hace días y la siento como un mantra, como algo que debería implementar: dejar atrás el pasado, olvidarme de lo que otros puedan pensar y simplemente hacer lo que se me de la gana. El problema es... no se de qué tengo ganas :S




2 comentarios :

  1. Siempre hay un "comienzo" donde comenzaron nuestros autocastigos que desembocan en distintos (o iguales) dramas.
    Por más que me la tire de superada jaja, cargo con mis penurias y no sentir que cumplo con mis expectativas o las ajenas. Es un trabajo de nunca acabar.
    Besos

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  2. Todos los dias uno empieza algo...y eso es bueno! Hay que empezar queriendose uno mismo...Te deseo suerte para con tu vida! Adelante!
    Un abrazo

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