Anoche estuve con un chico nuevo, alguien a quien apenas conozco y con quien encontré puntos en común... aunque quizás sea uno solo: el sexo.
Me preparé mentalmente para que, pasara lo que pasara, la salida resultara divertida. Fui a divertirme y me dije que iba a dejar de lado las dudas y los rayes. Bueno, lo hice. O, al menos, lo intenté todo lo que pude. Pero cuando del otro lado no hay colaboración...
A ver, que no se mal entienda, yo me divertí. La pasé muy bien a pesar de haber tenido que hablar de cosas que hubiera preferido dejar para más adelante. De hecho, hablé de temas que me había casi prohibido mentalmente. Cada vez que nos imaginaba juntos y hablando de esas cosas me retaba a mi misma y me decía que la noche era para pasarla bien, no para hacer drama. Así que, cuando él empezó a preguntarme... digamos que me costó mucho responder con la verdad pero intentando hacerla sonar más "light".
Y, al final de cuentas, terminé pasándola bien gracias a él. A que se portó como un dulce, que me cuidó muchísimo y me mimó, y también logró ser divertido. Y es por eso que hoy vuelvo a ser la misma de antes y empiezo a hacerme planteos, aunque de verdad no quería. Porque, más allá de lo bien que la pasé yo, creo que él no lo hizo. Creo que se portó como un caballero y, si, seguramente no la pasó mal, pero no fue lo que él tenía en mente. De hecho, me di cuenta de que yo no era lo que él pensaba practicamente desde el principio, cuando me dijo que veía en mi un cartel que decía algo que no soy. No podía mentirle, no podía decirle que si cuando más temprano que tarde se iba a dar cuenta de que no era verdad. Así que le expliqué en qué tenía razón y en qué no, lo cual dio paso a las preguntas y a que el resto de la noche girara alrededor de mis necesidades y no las suyas.
Y al final, él no la pasó bien. Incluso cuando nos despedimos y me preguntó como la había pasado, yo le dije que bien y le pregunté lo mismo a él... supongo que quizo hacerlo pasar por chiste, de hecho me dijo que era chiste, pero cuando me dijo que él no... me sonó sincero.
Me da pena, por un lado, porque quisiera seguir viéndolo, conociendo a este chico que me trató como ningún otro hasta ahora; y esa es solo mi parte egoísta. También me gustaría seguir viéndolo para dedicarme a él, para devolverle el favor, por así decirlo. Y demostrar, tanto a mi como a él, que puedo ser más como la clase de mina que tendría ese cartel colgado. Y no es que sepa que no lo voy a volver a ver. De hecho, aún no puedo saber nada siendo que solo pasaron 3 horas desde que nos despedimos.
Pero, por otro lado, tengo una sensación de vacío al pensar que podría haber sido diferente; YO podría haber sido la que quise ser: divertida, despreocupada, libre. Y al no ser así, al haber caído dentro de mis típicos fallos, aún cuando el resultado haya sido por una vez diferente y la haya pasado bien, hace que me pregunte si realmente podré marcar una diferencia alguna vez. Si quizás lo que necesito es la ayuda de otro, como anoche, y así de a poco ir desterrando complejos y miedos. Pero me parece demasiado egoísta cargar con esa responsabilidad a otra persona cuando la que tiene el problema soy yo. Y, además, no puedo ponerlo a él en el papel de mi salvador cuando ni siquiera lo conozco. Esa es una de las pocas cosas que fui capaz de modificar y a la cual tengo pavor de volver: el apresurarme a ver cosas que no están ahí, el imaginar que una persona es lo que yo quiero que sea y creermelo. El desear tanto algo que todo lo demás se borra.
Porque, como dije antes, él me trató como ningún otro y, sumado al hecho de que le gusté, sería muy fácil para mi perderme en la ensoñación de que existe algo más y no quiero hacerlo. No es que no me guste él o que no me tiente la idea, pero por una vez quiero que las cosas sigan su curso y aceptarlas como vengan. Quiero ser capaz de disfrutar de lo que tengo sin hacerme ilusiones o desiluciones de antemano. En fin, no quiero pensar.
O sea, no quiero hacer esto que estoy haciendo, pero ya está. Y todo lo que me queda ahora es mantenerme tranquila mientras veo como se van desarrollando las cosas, ver si tengo razón o no en lo que pienso hoy y, solo una vez que obtenga una respuesta, pensar en como seguir... sin pensar.
Es difícil dar un consejo en esta entrada, pero lo único que te puedo decir es que seas tú misma, que no trates de divertir a nadie si no te sale. No podemos ser un circo continuamente. Somos lo que somos, con nuestras neuras y nuestras virtudes.
ResponderEliminarSaludos desde La ventana de los sueños, blog literario.