Sus dedos largos, huesudos, quizás algo torcidos acariciando cada nota, cada milimétrica partícula de sonido que sale de ese instrumento, pero que parece salir de todas partes. Eso no es música, es magia. Sus dedos, sus manos enteras se transforman en algo inmaculado, algo precioso que es capaz de formar otra cosa aún más hermosa.
Escucho las notas surgir y me elevo como una mariposa, me envuelvo en su dulzura y me dejo llevar al país de nunca jamás o de las maravillas... a la tierra donde los sueños son los que regulan todo. Y me siento flotar y empiezo a llorar de una emoción contenida que no encuentra otra manera de expresarse... y de mis lágrimas nace música también.
El mundo al que llamamos real nos limita tanto, nos reprime, nos detiene el corazón. Pero lo hace con un propósito: en ese mundo no se puede vivir con el alma en las manos a menos que se busque perderla... el alma no tiene más valor que el de una billetera y siempre habrá alguien dispuesto a robártela por el simple hecho de que no están conformes con lo que encuentran en la propia.
Por eso cuando escucho la magia que logran transmitir esas manos algo ajadas, algo viejas, no puedo evitar encontrar una puerta hacia el mundo de las almas libres y los corazones felices. Y lloro por no poder vivir allí todos los días de mi vida.
Si algún día esa música dejara de existir, si esos dedos que son capaces de semejante amor algún día dejaran de tocar, ya no tendría sentido para mi seguir en el llamado mundo real. Me refugiaría en el que llaman mundo de las fantasías, me atarían con camisas de fuerza y me guardarían en prisiones de algodón donde nadie me viera, porque lo único que yo sería capaz de hacer es soñar y soñar, volar y sentir la música que alguna vez pedí prestada de a ratos para llevar adelante el resto de los días. Si alguna vez las teclas dejaran de sonar me refugiaría en el recuerdo de esas manos y ya no lloraría, sino que reiría continuamente, despreocupada de todas las extrañas y ambiguas debilidades del universo... y haría que la música reviviera día a día en mi risa.
qué lindo escribes..
ResponderEliminares una lástima que yo siempre haya demostrado tan poco talento para el piano..
:)
feliz año!!!
jajaja, muchas gracias! Feliz año para ti también.
ResponderEliminar