La bota y la tormenta

Y bueno, mi vida en este 2010 sigue siendo tan aburrida como siempre. A pesar de que tengo una bota plástica en el pie derecho, de que me duele todo el cuerpo por el esfuerzo que me lleva no hacer ningún esfuerzo con dicho pie, de que todavía tengo otros 15 días, y 5 sesiones de kinesiología en el interín, antes de volver a ver al médico y saber si por fin me van a dejar ir a trabajar otra vez... a pesar de todo esto, mi vida no "dice" nada. O sea, si no me hubiera accidentado capaz que tenía más cosas para contar porque al menos iría todos los días al trabajo y puede que algo sucediera si saliera de mi casa... o tal vez no. Tal vez mi vida este año sea, simplemente, aburrida.
No voy a rendir finales, no estudié nada. No se si alguna vez los daré en realidad, solo me interesa terminar la cursada y ya, no quiero saber nada más de la facu, ni siquiera me interesa el título. Para ser realista, con todos los desastres naturales que vienen azotando al mundo en los últimos 2 meses y medio, pensar en unos exámenes de la facultad me parece al pedo. No porque piense que yo puedo salvar al mundo en lugar de estudiar, sino porque me hace dar cuenta que a este ritmo a la tierra no le falta mucho para sufrir un colapso completo. Y en ese caso, ¿para qué quiero yo estar dando examenes sobre lo que es una empresa editorial? Tendría que estar aprendiendo a plantar y a cosechar, a criar gallinas y cerdos y a ordeñar una vaca, todo para cuando (si) sobreviva a la ecatombe del deshielo y me tenga que ir a vivir arriba de la montaña más alta que encuentre pueda, justamente, sobrevivir.
Si, ya se, soy lo más alarmista y peliculera que hayan visto, pero sinceramente creo que para mis cincuenta, si tengo suerte, mi vida va a tener que desarrollarse más o menos así.
¿Para que me caliento en cuan aburrida es mi vida ahora? ¿Qué importa si no existe EL hombre para mi? Probablemente se termine muriendo en un terremoto o tormenta o algo así no mucho más adelante en el tiempo, así que no me tengo que quejar, ni siquiera tengo que soñar porque no hay sueño que pueda ser cumplido en una tierra sin futuro. Lo único que tengo que hacer (además de cuidar lo mejor que pueda del planeta, por muy tarde que ya sea, porque a la larga puede servir para que las generaciones futuras sepan como hacerlo) es dedicarme a planear mi supervivencia.

Lo cual, seamos sinceros, ya de por si suena bastante aburrido... uuuff, más de lo mismo I guess...